La noticia no es nueva. Se marcha. Manuel Jesús Vázquez Florido a sus 34 años cuelga las botas, Chuli para el Almería, y más adelante Chuli Vázquez. Un futbolista incomprendido desde que pisó suelo almeriense porque vino como una estrella y se le exigía todo en cada partido. En un Almería de talonario capaz de firmar a los mejores del mercado, era uno de los grandes y encandilaba su fichaje para llevar al Almería a Primera División. 

Pudo ‘disfrutar’ de una crítica feroz si fallaba un gol cantado y, si salía del campo sin ver portería, le esperaba una semana movida. Luego, le pasó lo mismo a Fidel, también con pasado en el Decano. Ahora con la distancia del tiempo, aquellos años de Chuli en Almería, buenos o malos, lo que fueron: insoportables para el futbolista que nunca conectó con la grada y se le llegaba a pitar por su afición. Vino de otra galaxia, de un Real Betis de Primera para un club desatado en los fichajes.

Es muy duro para un profesional que llegaba de jugar en Primera asimilar el duro golpe de no ser entendido ni correspondido, porque ponía en el campo todo lo que tenía, pero aquel Almería no daba más de si y acabó salvado por la campana. El club venía de jugar en Primera y pensaba que con el dinero que le daba LaLiga iba a volver con la gorra, y tanto Chuli como sus compañeros: todos buenos futbolistas, se la pegaron. 

Aguantó como buen profesional y se marchó cumpliendo con su deber. No pasó inadvertido. Llegó como una estrella y como estrella se marchó, sin demostrar lo que quería porque el fútbol no es una ciencia exacta. No hubo reproche de sus entrenadores y Alfonso García jamás dudó de su calidad: pero no triunfó en Almería.

Calidad

Como futbolista nadie puso en duda sus enormes prestaciones que eran bien conocidas por los aficionados del Almería cuando llegó. Siempre se le pedía más que a los demás y en un deporte de equipo hay pocos ‘Maradonas’. Jugaba y salía titular porque era bueno y nadie puso en duda desde la grada su calidad; aquel Almería al que vino no acertaba a la hora de hacer equipo y eso lo pagó Chuli como futbolista estrella, firmado a bombo y platillo. No se quejaba en sus declaraciones por ese run run en el campo cuando fallaba un remate o no acertaba con el pase.

Personalidad

Sabía alejarse de la presión y saltaba al campo concentrado para hacer su trabajo. De personalidad iba sobrado y cumplía en aquellos Almerías tan limitados donde una estrella se apagaba por la falta de conjunto, que era alarmante. Carácter tenía, y cuando se ponía la camiseta la empapaba en sudor con independencia del resultado final. Al Almería le tocó no acertar y a Chuli venir en un mal momento. Lo sabe como buen profesional. Por eso, ahora que se acaba su carrera y se hace balance, que no se olvide de su etapa, porque dicen los hombres del fútbol que de todo se sale.

Compromiso

No vino a pasearse por Almería y tenía claro el motivo de su fichaje. Llegó a un equipo descendido que buscaba el regreso a Primera y cargó con la responsabilidad por su pasado en un club grande y la fama de la que venía precedido. No se dudaba de su compromiso con el club que le pagaba, pero los aficionados estaban en su derecho de ver a ese Chuli brillante, alegre y feliz, como en sus tiempos del Recreativo y Real Betis, donde daba lo mejor de su repertorio. Ahora que ha colgado las botas que no se olvide de Almería y se ponga la mano en el corazón.