Ahora con el paso de los años todo es más fácil de contar y de exponer a la opinión pública pero da para un libro gordo todo lo que sucedió en aquel verano de 1989 cuando hacía el Almería que conocemos. El ‘Blanes’ fue el primero de los apodos del club nacido del Pavía porque no hubo forma de comprar el Polideportivo acuciado por las deudas. Guillermo y un grupo de empresarios almerienses iba a salvar al Poli y se toparon con unos números insostenibles y decidieron partir de cero. No ha pasado tanto tiempo y levantar un nuevo Almería con otro en vida fue la pesada cruz con la que cargaron los hombres de Guillermo Blanes. Facilidades cero y deportados sin campo a Benahadux. Blanes fichó a Juan Melero, que buscó en el Pavía una categoría y un número de club para zarpar. Así nacía el Almería Club de Fútbol al que luego llamaron el Ceefe.

Pero no se trata de recordar cómo vino al mundo el club porque lo importante es el motivo por el que se puso Guillermo Blanes a los mandos siendo un presidente campeón de España en el fútbol sala. Su idea era clara: “Tenemos que acabar por siempre con las desapariciones de los Almerías y las deudas para ser un equipo grande”. Ese era el germen de un club “que nace para dar cabida a los futbolistas de la tierra y que no se tengan que ir a competir a otras entidades. La cantera es muy importante para nosotros”, dijo y cumplió. Ese fue el motivo porque la primera idea era ayudar al Poli, algo que se le volvía en su contra por no comprarlo.

Filosofía

Se supo rodear de grandes empresarios de Almería y se hizo de lo que hoy conocemos con la ‘Vieja Guardia’, un grupo de empresarios que no dudaron en poner dinero de su bolsillo para hacer realidad un sueño que demandaba Almería. Se puso el techo en Segunda División como el primero de los pasos cuando el equipo salió en la Regional y luego subir a Primera como en su día hizo la AD Almería. Crear masa social duradera y una imagen transparente en la gestión deportiva y económica formaba su hoja de ruta en la que había por encima de todo: buenas personas dentro y fuera del vestuario.

Dinero

Blanes era un empresario solvente y cuando no se llegaba a fin de mes tiraba de su bolsillo porque cuando presentó el club dejaba claras dos cosas: “El Almería no va a deber un duro a nadie ni va a desaparecer como otros clubes de esta ciudad”. No tardaron en catalogar al equipo de inferior categoría como el rico porque sus jugadores cobraban todos los meses. Vestían como pocos a la última moda y en el palco faltaba espacio para los directivos porque Guillermo no hizo solo la travesía hacia la gloria. Se le acusó de sacar el dinero de una caja de zapatos pero la realidad es que cobraba todo el mundo y no faltaron los llamados cambios de acera: gente del Poli que se hizo del Ceefe. “Vamos a ser un club cumplidor con los profesionales para que la afición no pase vergüenza por impagos”,y así fue hasta el último de sus días.

Categoría

Siempre tuvo claro el fundador del Almería que su obra acabaría en Primera y para ello hizo la Sociedad Anónima Deportiva nada más pisar la Liga Profesional. Tenía que implicar a todo el tejido social en su obra y vendió acciones que ahora están en poder de Turki Al-Sheikh, porque cuando su economía no le daba supo buscar relevo y que el Almería siguiera adelante. Su Almería creció hasta Segunda y cayó en Tercera pero nunca peligró porque era una SAD y los accionistas llegado el momento darían un paso al frente. Blanes supo adelantarse a su tiempo. Su Almería no paró hasta formar lo que hoy conocemos como Unión Deportiva, aunque el club es el suyo porque lleva el mismo número y el Poli siguió adelante, pero esa es otra historia.

Cantera

Ni el propio Guillermo Blanes sabe el orden de los factores. Él y Manolo García tenían claro que lo de desaparecer o tener deudas no se lo podían permitir pero pesaba mucho la palabra cantera y más aún tener una Ciudad Deportiva para los niños de Almería. La primera plantilla era almeriense en su totalidad y así muchas temporadas con poca presencia de futbolistas de fuera. Blanes quería que su club fuera un semillero y no lo dudó para firmar convenios con los clubes de la provincia. Pero no hubo forma de tener unos terrenos para hacer eso que ahora pregona Turki Al-Sheikh: una Academia. El Almería Club de Fútbol marcó una época y la idea original sigue vigente pero ahora en otras manos porque Guillermo Blanes se puede morir tranquilo que no volverá a ver morir a un Almería más: “Eso se ha acabado señores”, dijo el mismo día que presentaba su club en sociedad.