Sencillo, cercano y sereno. No era un hombre del fútbol y era más un romántico de la vida. Pura filosofía y sabiduría hasta convencer a los incrédulos. Sustituir a Maguregui fue la eterna penitencia que le llevó a terminar sus días en un club y en una ciudad que amó siendo gallego de origen.

Nadie tuvo más dinero que él en la Agrupación Deportiva Almería para hacer un equipo y todos los aficionados con la boca abierta cuando Alfonso García Sánchez le firmó para jugar la Copa de la UEFA que era el segundo premio gordo de los clubes para competir en Europa.

Arsenio no vino solo y grandes futbolistas le acompañaron pero los resultados no estuvieron de su parte y en enero de 1981 su presidente y amigo, Alfonso, lo tuvo que despedir porque el equipo coqueteaba con el descenso a Segunda y su mensaje no llegaba a una gran plantilla.

El más caro

No era en aquellos tiempos Arsenio Iglesias un entrenador de perfil medio y se codeaba con los más caros de la Primera División. Se le relacionaba con el mítico José María García, con el que mantenía una gran relación. Su caché elevado se unió a un gasto sin precedentes en una plantilla que salió rana.

La plantilla se diseñó a su medida con fichajes consensuado con él y Alfonso García lanzó a los cuatro vientos un Almería mejor dispuesto a luchar por Europa "si la afición saca el abono". Al final la subida de precios mermó a lo fieles socios y en la taquilla costaba acceder al Franco Navarro. Aquella plantilla era muy superior a la de Maguregui pero Arsenio quería jugar a la pelota "como Dios manda" decía y no todos los jugadores daban este perfil

La sombra de Maguregui

Los resultados no le acompañaron y las expectativas hacían que aquellos aficionados que se dejaban las manos aplaudiendo un empate de Maguregui ya no tragaban con empatar con el Sporting o Hércules de Alicante. Jugando mejor se sumaban menos puntos y mientras Maguregui disfrutaba con el Espanyol su proyecto no arrancaba.

En las gradas del Franco Navarro siempre hubo ruido sobre la forma de jugar de Arsenio.  Demasiado bonito para las exigencias de un equipo que no daba la talla en casa y fuera recibía mucho castigo con un solo gol. Arsenio prometía mejores tiempos pero el frío mes de enero le esperaba para acabar su carrera en el Almería. Lo marcó la primera jornada de Liga con una derrota frente al Real Madrid.

Un señor

Vivía rodeado de humildad en nuestra ciudad sin levantar la voz y siempre cercano y cariñoso con aquellos que se le acercaban. Tenía a la prensa en sus manos y a los almerienses entregados porque soñaban con jugar la Copa de la UEFA con unos futbolistas como Charles, Tanco, Guzmán o Cabral que llegaron con sello de estrellas.

Nunca salió por su boca una mala crítica hacia aquellos futbolistas que llegaron para dar un plus que nunca ofrecieron. Charles costó un dineral y no las metía. Guzmán era internacional y no lo demostró en el Almería mientras que Tanco te daba un partido bueno y dos malos.

Aquello se terminó como tantos sueños de grandeza de un club menor que se puso a España por montera y pregonó jugar en Europa porque teníamos mejor plantilla, se gastó Alfonso García Sánchez un dineral y a un Arsenio que triunfaba allá donde iba.

Él nunca se sacó la espina de aquella temporada en Almería como los almerienses nunca se olvidarán del Sabio de Arteixo.

Porque Almería soñó con Europa antes de Turki.