El Almería sigue sin carburar en sus partidos como visitante y en el Wanda Metropolitano volvió a dejar escapar la oportunidad de dar un puñetazo en la mesa, no para convertirse en aspirante, sino para ir dando pasos seguros hacia la permanencia. Ya avisó Fran en la previa que los elogios estaban siendo excesivos alrededor del club rojiblanco, situación inevitable a tenor de las últimas temporadas de terror. Pero la historia de este equipo a domicilio suele tener el mismo final y es que son siete desplazamientos y solo han sumado cuatro puntos. La Liga no va de méritos, sino de hechos, y nadie encuentra explicación a las dos caras que muestra la plantilla. De un Almería que enamora en el Mediterráneo a otro como visitante que pierde verticalidad y concede demasiado a sus adversarios.

Pocos peros se le pueden poner al equipo en los primeros minutos, porque manejó las transiciones del Rayo Majadahonda y avisó con un disparo al palo de José Corpas en una acción que pudo cambiar radicalmente el desarrollo del duelo. Ese golpe no tumbó a los locales, sino que cada minuto era una losa encima de los futbolistas de Fran Fernández. A tres del descanso, Enzo Zidane supera con un pase al espacio a tres rivales, Francisco Varela levanta la cabeza y asiste a Aitor Ruibal para que marque a placer. Con lo justo volvía a adelantarse el contrario, nada nuevo. Chema Núñez y Juanjo Narváez entraron de inicio por Juan Carlos Real y Luis Rioja, con el objetivo de tener más la pelota y ganar en verticalidad, pero era cuestión de equipo y tocaba remar una vez más contracorriente.

En la segunda mitad se jugó a lo que quiso el Rayo Majadahonda. Tanto fue así que el Almería lanzó catorce saques de esquina y no generó peligro. La escasez de ideas en campo rival obligó al míster a meter a Sekou Gassama en punta de ataque y meter balones al área. Sin embargo, no se le vio temblar en ningún instante al conjunto majariego, bien ordenado y esperando el momento para sentenciar. Y lo consiguió en el último suspiro con un balón al espacio que Aitor García eleva ante René Román para firmar la victoria.

No se puede esconder el inicio de temporada del Almería, pero tiene suspensa la asignatura de sus partidos a domicilio y a Fran Fernández le tocará seguir dándole vueltas a la cabeza para encontrar la solución. Un rival directo cobró vida sin hacer un excesivo desgaste. El elogio no le viene bien a este equipo, y quizá tampoco la crítica feroz. Hay que encontrar el equilibrio a nivel deportivo y mental lejos del Estadio Mediterráneo.