Dicen que el destino no es casualidad, y para Estela, Loli y Shana tiene nombre propio: KARMA Beauty and Co. Lo que nació como un sueño compartido entre amigas es hoy un centro de referencia en Cuevas del Almanzora, donde belleza, salud y confianza conviven en un mismo lugar.

En plena Plaza Jardín del Almanzora se encuentra este espacio de más de 500 metros cuadrados, levantado desde cero a base de esfuerzo, trabajo y mucha ilusión. El nombre, cuentan sus fundadoras, refleja la idea de que todo sucede por una razón: “Karma significa destino, y sentimos que este camino estaba escrito para nosotras”.

Un centro con muchas posibilidades

En KARMA Beauty and Co se realizan micropigmentaciones faciales, tratamientos corporales y faciales, manicura, pedicura, maquillaje profesional y mucho más. También se imparten formaciones personalizadas, que permiten a quienes se acercan al mundo de la estética aprender técnicas actuales en un entorno práctico.

El proyecto nació del deseo de ofrecer a Cuevas un lugar distinto, cercano y moderno, donde cada persona pudiera sentirse atendida de manera individual. “Detrás de cada manicura, cada mirada y cada tratamiento hay un pedacito de nosotras”, confiesan.

En apenas unos años, el centro se ha convertido en un punto de encuentro para muchas vecinas y vecinos del municipio, que valoran tanto la profesionalidad de los servicios como el ambiente cálido que se respira en cada visita.

Belleza y salud bajo el mismo techo

Una de las características que distingue a KARMA Beauty and Co es la incorporación de una clínica de fisioterapia y rehabilitación. Con esta apuesta, el centro no solo se dedica al cuidado estético, sino también al bienestar físico, ampliando las posibilidades para quienes buscan mejorar su calidad de vida.

Al mismo tiempo, la combinación de estética y salud en un mismo espacio aporta un valor añadido al municipio. Además de generar empleo y dinamizar la actividad local, el proyecto representa un ejemplo de emprendimiento femenino en la comarca.

“Queríamos que nuestro pueblo tuviera un sitio en el que la gente pudiera sentirse bien por dentro y por fuera. Lo hemos logrado, pero seguimos soñando cada día”, afirman las tres socias, que continúan planificando nuevas propuestas para ampliar el alcance del centro.