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"La corrupción parte de los manejos del urbanismo"

Entrevista al abogado Javier Gómez Bermúdez en su casa de Almería

Javier Gómez Bermúdez en su casa de Almería junto al autor de la entrevista, Antonio Hermosa.

Javier Gómez Bermúdez en su casa de Almería junto al autor de la entrevista, Antonio Hermosa.Sergio Joel Montes

Antonio Hermosa
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El abogado Javier Gómez Bermúdez, natural de Alora, Málaga, donde nació hace ahora 63 años, guarda una relación fraternal con la provincia de Almería, donde ejerció de juez durante una década.

“Estuve 10 años destinado en Almería. Primero en el Juzgado de lo Penal Número 2, y luego, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial. Guardo un gran recuerdo de magníficos compañeros de esa sección como Társila Martínez o Rafael García Laraña. Después me marché a Madrid a la audiencia Nacional”.

Presidió la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, donde vivió momentos de máxima tensión. Por sus manos pasaron temas relacionados con la banda terrorista ETA; el famoso caso de los afrentados yihadistas en Madrid del 11 de marzo de 2004; el accidente del avión Yak 42 en el que fallecieron 62 militares españoles, y un largo etcétera. 

“Fue una época dura porque además coincidió con los últimos coletazos de ETA, en los primeros años del siglo XXI, justo antes de que dejaran de matar. En Andalucía fue terrible. Aquí estaba el llamado comando Andalucía, aunque yo lo llamo cuadrilla de ejecución. Coincidió con el asesinato de mi querido compañero Luis Portero, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía; de Antonio Muñoz Cariñano, un coronel médico que estaba ejerciendo en ese momento en su consulta privada; del matrimonio Jiménez Becerril; del asesinato en Málaga, en mi tierra, del concejal José María Martín Carpena. Fueron unos años terribles, pero además coincidió que la mayor virulencia de ETA en Andalucía”.

En la Audiencia Nacional fue sustituido por el actual ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska y, por decisión propia, pasó al Juzgado Central de Instrucción Número 3 de Madrid. 

“Sí, me fui al juzgado de Grande Marlaska porque era una forma de decir: dónde he sido rey no puede ser vasallo. Ya no me podía quedar en la misma sala de la Audiencia Nacional bajo otro mando, eso lo tenía clarísimo. Después, el gobierno presidido por Mariano Rajoy tuvo a bien nombrarme magistrado de enlace en Francia. Magistrado de enlace es el representante jurídico de un país de la Unión Europea en otro, con estatuto diplomático. Me instalé en París, estuve tres años, y fue una época maravillosa”.

Gómez Bermudez admite que fue una vivencia interesantísima que se truncó con la muerte de su padre. 

“Decido volver porque mi madre estaba enferma del corazón y, cuando mi padre murió, se quedó muy triste, muy sola, aunque vivía con mi hermano pequeño. Tuve la desgracia que el día que tomé la decisión de volver a España murió mi madre. Ya había firmado un contrato privado con Ramón y Cajal Abogados. Mi vuelta a España estaba condicionada a volver a la Audiencia Nacional, pero en aquel momento no me apetecía mucho y decidí trabajar en el ámbito privado”.

En la actualidad Javier Gómez es socio de este despacho de abogados en la sección Procesal Penal y entre sus últimas actuaciones mediáticas ha actuado como abogado de Carmen Pano, la empresaria que afirma que entregó 90 mil euros en la sede del PSOE de parte de Víctor de Aldama. 

“Nos dedicamos a la delincuencia económica. Por código ético, no llevo delitos sexuales, ni delitos de sangre, ni, por supuesto, delitos de terrorismo, los llevaría como acusación particular, pero nunca como defensa. Me dedico, básicamente, a la delincuencia económica”.

Admite que España está muy mal debido al alto índice de corrupción. 

“El país está fatal. A mí me da mucha rabia ver cómo los partidos políticos se tiran los trastos a la cabeza. Todos han tenido corrupción importante. Hablo del PNV, Convergencia i Unio, Junts per-Catalunya, PSOE, PP. Es un problema estructural que de alguna forma habrá que resolver”.

Cree que la solución no está en cambiar la legislación, ni en imponer penas más elevadas. 

“Grandes penas ya se cumplen. La corrupción parte de los manejos de urbanismo. Si el urbanismo es, en primer lugar, responsabilidad de los municipios y, en segundo lugar, de las comunidades autónomas, lo que habrá que cambiar es el sistema, haciendo, por ejemplo, que la decisión no dependa de una o dos personas, estableciendo mecanismos u órganos colegiados de control de las mesas de licitación de las subastas. Prohibiendo, por ejemplo, una concesión de cualquier tipo sin justificarlo, contra el informe del interventor”.

Gómez Bermudez apunta a exigir explicaciones y mayor control. 

“Son muchísimos los casos de prevaricación administrativa donde el informe del secretario del ayuntamiento es contrario al acto. Al final se hace porque lo decide una sola persona. Pero si fueran varias, seguramente no llegaríamos a esta situación”.

Y mantiene que el problema es endémico.

“no tengo duda en eso, y me duele mucho porque es mi país. Pero la corrupción pública en España es endémica. La corrupción privada es mucho mayor en otros estados: en Alemania, en Francia. En la corrupción privada hablamos de otra cosa. Hablamos de un empresario que consigue un contrato de otro empresario, es decir, entre particulares. Aquí, la administración no tiene nada que ver. Esto en otros países de Europa es algo brutal, sobre todo en contratos con zonas como África, Oriente, etcétera. Ahí es muy difícil conseguir enormes e importantísimos contratos sin un soborno, así de claro”.

Javier Gómez Bermúdez ha seguido manteniendo un contacto directo con la provincia de Almería. Tiene su segunda residencia en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. 

“A Cabo de Gata vengo casi 10 veces al año. Almería la quiero mucho, es una ciudad que me encanta, una gran desconocida. La gente se cree que esto es un desierto. Que vayan a Los Filabres: los bosques que tenemos, las montañas, la fauna que hay es espectacular. Tiene de todo, monte y desierto. Le digo a la gente que vaya a Tabernas por la tarde a ver un atardecer, es una maravilla. Además, tienes el mar”.

A los variados ecosistemas, Javier Gómez une también el carácter de los almerienses. 

“Amable, atentos. Además, también están las tapas”. 

Casado en terceras nupcias con una gallega, admite que cuando se jubile se vendrá a vivir a Almería. 

“Aunque haga temporadas en la Galicia natal de mi mujer, o pase algún tiempo en Madrid, pero el grueso de mi tiempo estaré en Almería”.

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