'Tardear' desvela el gran amor de Lina Morgan, una monja
Una amiga de Lina Morgan revela en el programa el gran amor de la cantante: "Una monja dejó los hábitos y se entregó a ella"

Lina Morgan.
Este jueves, Lina Morgan habría celebrado su 89 cumpleaños. Aunque nos dejó en 2015, la figura de la inolvidable actriz sigue generando titulares y sorpresas. En la tarde de ayer, el programa televisivo "Tardear" trajo al plató un testimonio inesperado que ha sacudido la memoria colectiva: el gran amor de la reina de la comedia española fue una mujer que, según se ha revelado, abandonó los hábitos religiosos por amor a la artista.
Más allá de este reciente descubrimiento, estamos ante una leyenda del espectáculo. Lina Morgan no solo conquistó al público desde el escenario, sino que dejó una huella imborrable en la cultura popular. Hace más de 50 años, protagonizó la película "Imposible para una solterona" (1971), dirigida por Rafael Romero Marchent, junto a figuras como Juan Luis Galiardo y Chris Huerta. Un título que, con la perspectiva actual, parece encerrar dobles sentidos y amores que, en su época, no siempre podían hacerse públicos.

Lina Morgan, en una escena de 'La tonta del bote'.
Detrás de la bata de lunares y de ese característico gesto cómico que arrancaba carcajadas incluso en los rostros más serios, se encontraba una mujer reservada, que supo mantener sus secretos con la misma destreza con la que dominaba los escenarios. Este jueves, uno de esos secretos ha salido a la luz: una relación que traspasó los límites de la fe y la convención social.
Lina Morgan fue mucho más que actriz. Vedette, cantante, empresaria teatral, bailarina… y ahora, también protagonista de una historia de amor inesperada. Aunque durante años se especuló con un noviazgo con el actor Manolo Zarzo entre 1949 y 1952, lo cierto es que este vínculo con una exmonja reescribe parte de su biografía.

Lina, en uno de sus espectáculos.
¿Fue una historia clandestina? ¿Un refugio íntimo en medio del éxito abrumador? Probablemente nunca lo sabremos. Lo que sí es seguro es que Lina, generosa en las tablas pero siempre celosa de su intimidad, prefirió guardar este capítulo bajo llave.