Hablar de la vida de Francisco Alonso Martínez -Paco para todos aquellos que le conocieron- supone hablar de cientos de vidas; de todas aquellas personas por las que, a lo largo de lustros, ha luchado para que sean tratadas con la dignidad que merecen y que la sociedad no siempre les ha otorgado.

El presidente de Asprodabla (Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual del Levante Almeriense) ha fallecido este jueves, 20 de febrero, dejando tras de sí todo un legado marcado por la solidaridad, la humanidad y la empatía hacia uno de los colectivos más desfavorecidos.

Explicar los avances en derechos y por una mejor calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual en el municipio de Vera y en el Levante Almeriense resulta (y resultará, por mucho que pasen los años) una tarea imposible sin mencionar a Paco.

El desarrollo de las personas con discapacidad intelectual y su independencia (a riesgo de que suene grandilocuente, su libertad) ha sido una de las grandes obsesiones del presidente de Asprodalba. “Hablamos de personas de las que sus padres ya no se pueden hacer cargo o que ya no están para hacerse cargo de esta situación, es algo que nos quita el sueño”, resumía el propio Francisco Alonso meses atrás.

“Las personas con discapacidad intelectual deben estar donde pasa la vida”Francisco Alonso

La dedicación a los demás ha sido siempre su premisa. Hasta tal punto que resultaba prácticamente imposible mantener una conversación, por personal que fuera, sin que mencionara una y otra vez los retos o dificultades de su asociación y del colectivo por el que siempre ha trabajado. No había manera de que Paco pensase tan sólo en Paco.

Declarado enemigo de los guetos, pasó los últimos años trabajando al frente de la asociación de personas con discapacidad intelectual persiguiendo un objetivo. “Las personas con discapacidad intelectual deben estar donde pasa la vida”. Por lograrlo llamó a todas las puertas que encontró por su camino, se abrieran o no, y alzó la voz (todo lo que le dejó su temperamento cordial y lleno de humildad) cuando la injusticia comenzaba a ser insoportable. 

De hecho, pudo ver cómo una de sus grandes aspiraciones se hizo realidad recientemente, como son las viviendas para que personas adultas con discapacidad puedan vivir como merecen, de forma más libre y autónoma.

Este jueves no sólo Asprodalba ha perdido a sus 65 años un presidente irrepetible. Toda la sociedad veratense llora la marcha de alguien que ha dejado una profunda huella en el día a día de cientos de vecinos. Francisco Alonso ha dejado este mundo pero su trabajo y su legado seguirá presente durante décadas y lo hará de la mejor forma posible. Ahí siguen, en marcha pese a su ausencia, importantes proyectos de la asociación encaminados a mejorar la vida de incontables personas con discapacidad.

Es imposible imaginar un legado más importante que ese. La labor de Paco seguirá presente con cada acción que ayude a este colectivo más vulnerable a gozar de más derechos y de la mejor calidad de vida posible. Es por lo que luchó, como una hormiga, sin descanso y sin hacer ruido, durante gran parte de su vida. Y lo mejor es que no ha sido ni será en balde. 

Allá donde esté, puede seguir sonriendo como siempre lo hacía cada vez que hablaba de su labor y de la asociación que defendió con uñas y dientes hasta convertirla en un referente. Deja un mundo mejor gracias a su trabajo. Algo que millones intentan pero que muy pocos consiguen cuando les llega la hora de partir. Descanse en paz.