El Ayuntamiento de Roquetas de Mar ha respondido a las peticiones de los más de 400 vecinos de Aguadulce, que viven entre el Hotel Portomagno y el Puerto, una zona dividida históricamente entre el Paseo Marítimo y la parte alta, ambas conectadas únicamente por seis tramos de escaleras de hasta cuatro plantas o mediante la Rambla de San Antonio, la Rambla La Gitana, el paseo de Los Olmos y la bajada del puerto.

Desde el consistorio se aclara que de los seis tramos de escaleras existentes, solo uno es de titularidad municipal, mientras que el resto pertenecen a las urbanizaciones privadas, aunque históricamente han estado abiertas al paso público. Para que el Ayuntamiento pueda intervenir, sería necesario que los titulares cedieran formalmente esos accesos.

Otros posibles accesos

A pesar de esta limitación legal, el equipo de Gobierno muestra su disposición a atender las demandas vecinales y buscar soluciones de forma conjunta. 

Además, desde el Consistorio insisten en recordar que existen otros accesos considerados accesibles, como la Rambla San Antonio, la Rambla la Gitana, el Paseo de Los Olmos y la bajada del Puerto Deportivo.

La ley sobre la accesibilidad universal

Aunque el Ayuntamiento considera accesible la Rambla de La Gitana, los vecinos insisten en que su pendiente del 21% supera ampliamente lo permitido por la normativa, lo que la hace impracticable para personas mayores, con movilidad reducida o familias con carritos de bebé.

De hecho, los vecinos ya solicitaron un informe técnico sobre este vial, y acreditaron que la pendiente alcanza el 21%, una cifra que no cumple con los requisitos establecidos por el Código Técnico de Edificación (CTE) DB SUA, que regula la accesibilidad en espacios urbanos.

Según esta normativa: Las rampas de menos de 3 metros pueden tener una pendiente máxima del 10%. Las de entre 3 y 6 metros, del 8%. Y las superiores a 6 metros, del 6%.

Además, el Real Decreto Legislativo 1/2013, que consagra el derecho a la accesibilidad universal, y el Real Decreto 193/2023, que desarrolla las condiciones básicas de accesibilidad, refuerzan la obligación de garantizar entornos transitables para todos los ciudadanos.

Por tanto, una pendiente del 21% excede con creces los límites legales, y no puede considerarse una solución válida para garantizar el acceso seguro y autónomo de los vecinos.

Los vecinos están abiertos al diálogo

Desde el principio, los vecinos han buscado soluciones. El primer contacto con el Ayuntamiento se produjo el 11 de abril de 2024, mediante un escrito respaldado por 464 firmas, en el que se proponían alternativas como rampas adaptadas o montacargas. 

A este primer escrito el Consistorio les contestó explicando que“se estudiaría el tema”, pero no se les planteó ninguna vía legal para avanzar. 

Ante la falta de respuestas concretas, los vecinos mandaron un segundo escrito, el 4 de agosto de 2025, donde reiteraba la urgencia del problema y solicitaba información sobre los informes técnicos. Sin embargo, sobre este último, no han recibido respuesta directa.

Cómo última medida desesperada por poner fin a esta falta de accesibilidad, los vecinos decidieron elevar su reclamación al Defensor del Pueblo Andaluz mediante un escrito fechado el 3 de octubre de 2025. En él exponen la incomunicación parcial entre la zona residencial de Aguadulce y el Paseo Marítimo, y detallan cómo esta situación afecta tanto a residentes como a visitantes, especialmente a personas con movilidad reducida.

Una oportunidad para avanzar hacia la accesibilidad

Aunque la situación actual presenta obstáculos técnicos y jurídicos, la voluntad de colaboración expresada por el Ayuntamiento y la actitud propositiva de los vecinos abren una vía para transformar el problema en una solución compartida.

La accesibilidad no es solo una cuestión urbanística, sino un derecho que afecta a la autonomía, la calidad de vida y la inclusión de cientos de personas. Aguadulce tiene ahora la oportunidad de dar un paso firme hacia un entorno más justo y accesible para todos.