“Eran esas tardes de verano de aroma especial cuando cada 26 de julio asomaba contundente en el calendario, cuando las familias aterciopelaban el alma, suspiraban con el corazón y pedían salud y protección para el año que estaba por venir.” Así emocionaba José Juan Rodríguez a los roqueteros este 28 de junio, porque a cualquier roquetero que se precie estas palabras le transportan a su infancia, a su familia, a su tierra. Porque, ¿qué es Roquetas de Mar sin sus pescadores, sin su mar, sin esa devoción que atraviesa generaciones?

El Teniente de Alcalde roquetero, realizó un relato en el que la mar, las tradiciones familiares y la devoción por las patronas se entrelazaron con pasión y emoción.

Rodríguez quiso rendir también un sentido homenaje a los pescadores y sus familias, a quienes dedicó estas palabras: "Con manos respetuosas y corazones entregados, el agua del mar a las santas como un susurro de fe. Y al bajar por sus rostros benditos, retorna a la mar convertida en esperanza, en escudo para los pescadores, en soplo de protección sobre cada barca que zarpa". Un mensaje que puso de relieve la profunda conexión entre el pueblo de Roquetas y su mar.

El pregón de las fiestas en honor a Santa Ana y la Virgen del Carmen de este año estuvo a cargo de José Juan Rodríguez, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, que ofreció un recorrido íntimo por sus recuerdos, su familia y la devoción marinera que une al municipio.

Con palabras cargadas de cercanía y devoción, Rodríguez elevó un “canto desde el alma a todos aquellos que entregan su vida a la mar”, como él mismo expresó. Este mensaje puso de relieve la profunda conexión entre el pueblo de Roquetas y su mar, un vínculo que trasciende el tiempo y las generaciones.

En el transcurso del acto, también se presentó el cartel oficial de las fiestas, una magnífica obra en blanco y negro de Juan Francisco Ojeda que refleja con delicadeza y profundidad la esencia de estas celebraciones. La imagen muestra a Santa Ana y la Virgen del Carmen presididas por el puerto de Roquetas de Mar y el Castillo, testigos eternos de la historia y la fe de este pueblo marinero.

Como broche final a esta emotiva jornada, se descubrieron los dos nuevos tronos que acompañarán a las imágenes en sus futuras salidas procesionales, renovando la tradición y engrandeciendo aún más las fiestas patronales, símbolos vivos de la identidad roquetera.