“El agua en Níjar no va a ser el problema, el agua en Níjar es la bendición”
El presidente de la CUCN, Antonio López Úbeda, analiza en SER Agricultor la actualidad de la comunidad nijareña

Jacinto Castillo entrevista a Antonio López Úbeda para SER Agricultor.
El presidente de la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar, Antonio López Úbeda, ha visitado este martes los estudios de Cadena SER Almería a raíz de la asamblea extraordinaria celebrada el pasado sábado. En ella, los comuneros aprobaron, entre otras cuestiones, aumentar en dos millones el presupuesto dedicado al proyecto de las balsas 9 y 10, que deberían ver la luz en junio del próximo año.
¿Cuáles son sus primeras impresiones tras el acuerdo?
Era una necesidad que había que hacer. De hecho, podríamos no haber convocado la asamblea, pero hemos preferido que sea a través de ella que se conozca en qué momento se encuentra y por qué cuesta más y, con 522 votos a favor, dieron el beneplácito.
En realidad, en Níjar es muy fácil llevar la comunidad de usuarios porque tenemos mucha falta de agua. Como todo lo que se hace es para asegurarnos un futuro, las asambleas son bonitas.
¿Qué pueden esperar los agricultores del proyecto?
Nos encanta, porque estamos viendo que el futuro está en nuestras manos. Tenemos la suerte de que el Gobierno central nos hace las balsas y la Junta ha puesto en las balsas una potabilizadora, por lo que en verano no nos va a faltar agua tampoco. Creo que estamos en una situación extraordinariamente buena.
Es curioso hablar en sentido positivo de agua en Níjar, si echamos la vista atrás...
Lo nuestro es futuro y lo nuestro es ilusión. Es verdad que al principio costó mucho trabajo, muchos agricultores opinaban que el agua era muy cara, que no valía porque no tenía minerales. Fue un trabajo muy duro de mucha paciencia. No hay nada improvisado en la comunidad de usuarios, nada. Eso a los agricultores les hace sentir bien, menos cuanto falta agua, como el año pasado. Fue muy duro.
Fue necesario que todo el mundo se movilizara de alguna manera...
Sí. El año pasado nos dimos cuenta, sobre todo algunos que están un poquito más lejos de la dirección, que dependemos de máquinas. Que sí, que tenemos agua, pero no es un río que pasa, no es que llueve un día y otro no, y menos mal, porque desaparecíamos como agricultores, pero dependemos de máquinas. Por ello, hay que tener ciertas previsiones, hay que tener almacenaje, hay que cultivar con un poquito de fuerza.
La suerte que tiene la comunidad es que de cada 100 metros cúbicos que compramos, vendemos 99,4, así que no tenemos pérdida en las redes. Pero al final dependemos de máquinas. Y lo bueno es que la desaladora de Carboneras casi está terminando un ciclo, podemos decirlo así, porque los tubos que protegen las membranas de pronto han dicho ‘ya no tengo más’. Es algo que, cuando se diseñó la desaladora, parecía eterno, pero no lo es.
¿Hay una nueva generación de agricultores que ven todo esto de forma distinta a como lo veían los de la generación anterior?
Es que llevamos 20 años, y los que tenían entonces 30, pues ya tienen 50, y los que teníamos 50, tenemos 70. Esto ha sido una cosa que ha ido poco a poco, no ha venido de golpe. Éramos unas cuatro mil hectáreas y ahora somos tres mil agricultores.
El joven que viene normalmente ha estado con su padre en el invernadero, y esto lo conoce, lo maman desde pequeños, ¿no? Como mis hijos o como hijos de otros agricultores. Yo no veo gran diferencia entre la juventud y la no juventud.
Se habla de competencia desleal de países terceros, de algún producto esencial en Níjar como el tomate, que puede estar pasándolo mal, pero, ¿cómo se está viviendo la agricultura a día de hoy, en esta campaña?
La agricultura siempre es dura y no va a cambiar ahora. Con todo lo que se mueve, la gente tiene muchos miedos, pero al final siguen para delante.
Son muchos miedos, pero no dejan de sembrar, no dejan de hacer su hijo o su nieto un invernadero nuevo y la vida sigue. No hay miedo realmente, hay preocupación todos los días.
En poco más de dos meses se aproxima la reelección...
Es un paso más de los muchos que ya hemos dado. Creo que no hay ningún inconveniente en que el mismo equipo que llevamos la comunidad sigamos trabajando, porque los agricultores están conformes con el resultado, que al final es trabajar, es nada, más que trabajar y trabajar.
Un ingeniero que trabaja con nosotros me dijo un día a la hora de comer: “Antonio, ¿te has dado cuenta de lo listos que somos los que trabajamos mucho?” Y eso es lo que hacemos en la comunidad, trabajar.
Va a ser una reelección en la que, probablemente, algunas cuestiones importantísimas van a quedar resueltas.
En este mandato ya tiene que dejar Níjar ‘niquelado’. Es decir, ya tendremos las concesiones tanto de la de Carboneras como de Mar de Alborán. Los pozos van a estar regulados y, por tanto, tendremos dos desaladoras y los pozos con la necesidad cubierta. El agua en Níjar no va a ser el problema, el agua en Níjar es la bendición.
No sé si esa reelección a título personal supone un reto desmedido para Antonio López Úbeda.
Nunca pensé que iba a estar con 73 años todavía trabajando, en activo. Pero quizás, si no hubiéramos tenido en el pasado tantas denuncias... pues podríamos haber descansado. Pero creo que para mí no ha llegado el momento.
Agricultura2000
“La agricultura almeriense y andaluza se escuchará más que nunca en la UE”
Jacinto Castillo