La vivienda situada junto a la sede del Instituto de Estudios Almerienses de la capital, en los números 4 y 5 de la plaza Campomanes, está siendo demolida. Aunque aparece en el Catálogo de Edificios y Espacios Protegidos con una protección genérica por ser una casa señorial del siglo XVIII, su mal estado de conservación ha llevado finalmente a su derribo.

Expediente de ruina

El Ayuntamiento de Almería inició hace años un expediente de ruina sobre el inmueble e instó a la propiedad a apuntalar la vivienda y mantener el inmueble en buen estado de conservación. Los particulares recurrieron dicho expediente y acudieron al juzgado argumentando la dificultad de la conservación del edificio y planteando como única solución la demolición. El juzgado les dio la razón e instó a tirar la casa y, aunque Cultura prohíbe actuar sobre un inmueble que está catalogado, el deterioro era tal que, la Junta dio su permiso para el derribo.

Los trabajos ya han comenzado. Es la empresa Jarquil, a instancia de los propietarios, la que está acometiendo los trabajos, que está previsto que concluyan como muy tarde el próximo martes. Una vez concluidos, se procederá al vallado del solar resultante, que es propiedad privada.

El Ayuntamiento de Almería, una vez que se ha resuelto la situación en torno al inmueble, que estaba en condiciones de ruina y en un estado insalubre, va a iniciar un estudio de detalle que realineará la calle, por lo que quedará más abierta.

Nueva alineación de la calle

La referencia para la nueva alineación la tomará el consistorio de la vivienda de la misma calle que hace esquina con la calle Real, por lo que los particulares del inmueble en demolición perderán algo de edificabilidad.

Según fuentes municipales, “quedará una zona más abierta, permeable y segura, dando un acceso mejor también a la plaza Careaga”.

Aunque la vivienda está en el Catálogo de Edificios Protegidos con un nivel 3 de protección, fundamentalmente por formar parte del centro histórico de la ciudad, no tenía elementos especialmente conservables y, de hecho, su interior ya estaba diáfano y sólo quedaban en pie los muros y la fachada exterior, según explican desde el ayuntamiento. Sus elementos de interés, según el Catálogo, estaban en su escala y su relación con la plaza, sus balcones y la simplicidad de sus barandillas.