No es ningún secreto que algunos pueblos de Almería tienen el mismo o mayor encanto que algunos de los lugares más cotizados para pasar las vacaciones.

Por ejemplo, las playas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar pueden compararse con facilidad con las playas de islas paradisíacas. Agua Amarga incluso recuerda a muchos a la magnífica Santorini, isla griega conocida por sus casas blancas y su cielo y mar de un azul intenso.

Por otra parte, está el desierto de Tabernas, que transforma por completo el paisaje y no solo transporta a otras regiones del planeta, sino también a otras épocas y mundos gracias a su gran presencia en la industria cinematográfica.

En este caso, no es ni Grecia ni el universo de Juego de Tronos el que se cuela en las calles de Almería, sino una de las ciudades insigne de uno de nuestros países vecinos, Portugal.

Oporto es conocida por su vino, su gastronomía, por ser el hogar de la librería más antigua del mundo y, cómo no, por los azulejos. Es imposible pasear por la ciudad o por sus principales monumentos y no verlos. Cubren la ciudad con una belleza propia y poco habitual que se echa de menos cuando se vuelve al hogar.

Por suerte, para los más nostálgicos, Oporto no está tan lejos. En uno de los pueblos del Levante Almeriense podemos encontrar una vivienda que nos transportará de inmediato a esta ciudad.

Cuevas del Almanzora destaca por sus numerosos museos, el Castillo del Marqués de los Vélez y, cómo no, su iglesia de la Encarnación, construida sobre una antigua mezquita y en la que se mezclan varios estilos arquitectónicos y artísticos.

A tan solo unos pasos de ella, en una de las calles que la rodean, se encuentra este pequeño trocito de Oporto: una casa cubierta de azulejos que te hará creer que andas por las calles de esta ciudad portuguesa.

Lo maravilloso de esta casa es la variedad y belleza de los azulejos, los cuales crean un collage que, cuanto más se mira, más fascina. Hay azulejos clásicos, otros que recuerdan a escenas rurales, escudos… Se mire donde se mire, hay un detalle, algo que capta la atención y que convierte a esta casa en uno de los rincones mejor escondidos de Almería.