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La odisea del transporte metropolitano en Almería: trabajadores atrapados en paradas colapsadas

El Consorcio estudia incorporar más refuerzos aunque recuerda que en la línea matinal son ya más de diez servicios en Roquetas y Aguadulce y ya se han doblado algunos buses en hora punta

El autobús acaba colapsado.

El autobús acaba colapsado.La Voz.

Marina Ginés
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Para muchos trabajadores del área metropolitana del poniente  almeriense, empezar la jornada laboral significa enfrentarse a un desafío casi diario: subirse a un autobús lleno hasta los topes. Alicia, vecina de Roquetas de Mar, lleva tres años viviendo en la provincia y usando el transporte público para ir a su trabajo. 

Su experiencia sirve como ejemplo de cómo el transporte metropolitano colapsa cada septiembre, cuando comienzan las clases y las paradas se llenan.

Salida de casa: la primera incertidumbre

Alicia sale cada día de su casa con la mochila lista para un día de trabajo. Sabe que la espera en la parada será larga, pero no esperaba lo que le esperaba esta semana. Al llegar a su parada habitual, había una veintena de trabajadores esperando, estaban todos tranquilos puesto que ese día empezaba un refuerzo de autobuses, por lo que pensaron que entrarían todos. 

Gente esperando en la parada.

Gente esperando en la parada.La Voz

Sin embargo, poco antes de que llegase el bus y el refuerzo empezaron a llegar coches de padres con estudiantes y de veinte personas acabaron siendo unos ochenta.

Finalmente llegó el autobús de refuerzo. Para Alicia y los demás usuarios, la esperanza duró poco. La máquina de tickets no funcionaba y les pidieron esperar al bus que venía de otra parada. 

Entre la presión de ir de un autobús a otro, conseguir subirse y la multitud, se produjo un incidente: una niña le dio un codazo, se echó a reír, y al día siguiente Alicia tuvo que acudir a urgencias con una contractura.

“Evidentemente no fue un golpe fuerte, pero me dejó medicándome. La gente se lanza como si fuera el fin del mundo para conseguir un asiento”, narró.

El Consorcio de Transportes estudia incorporar más refuerzos

Por su parte, desde el Consorcio de Transportes explican que, entre las 6:30 y las 8:00 horas, circulan ya más de diez servicios desde Roquetas de Mar y Aguadulce, muchos de ellos doblados para atender la alta demanda de usuarios en hora punta. Además, se está negociando con el operador la incorporación de dos refuerzos matinales adicionales en este tramo: uno desde Roquetas de Mar y otro desde Aguadulce.

Asimismo, se ha previsto un servicio extra a las 15:15 desde la Universidad de Almería hacia Roquetas de Mar. Desde otros municipios del Poniente Almeriense, se ha reforzado también la línea desde El Ejido hacia la Universidad de Almería y se está estudiando la posibilidad de implementar otro refuerzo desde El Ejido destinado a los usuarios regulares.

El Consorcio puntualiza que por otro lado, los retrasos no se deben únicamente a la disponibilidad de vehículos, aunque se está trabajando en su incremento, sino también a la congestión del tráfico tanto en Roquetas de Mar como en Almería capital. Como medida para reducir estos colapsos, se está evaluando una reorganización de los horarios de paso de los autobuses en las rutas más saturadas.

Recordando incidentes pasados

El año pasado además Alicia sufrió otra agresión, "me dieron un puñetazo en el costado mientras esperaba en la parada, me dio tan fuerte que empecé a cojear me dieron pastillas y relajantes musculares", explicó.

Alicia alertó entonces al consorcio, "ellos me dijeron que no podían hacer nada al respecto porque era un hecho que había sucedido en la parada del autobús y no en el interior del vehículo". 

"Pero si ellos pusieran refuerzos suficientes la gente no estaría desquiciada echándose encima y dando codazos para conseguir un sitio. La gente se tira como si fuera el fin del mundo", comentó la usuaria.

Costes económicos y el recurso al taxi

Cuando los autobuses no dan abasto, muchos trabajadores se ven obligados a usar taxis para no llegar tarde al trabajo. Alicia relató que el coste de cada trayecto ronda los 40 o 50 euros, lo que equivale a una jornada laboral completa. Además, el tráfico en las autovías colapsadas complica aún más la situación.

La semana pasada, tras pasar siete autobuses sin poder subirse, Alicia decidió ir hasta la estación, donde las colas se extendían por la puerta, y finalmente tuvo que pedir un taxi para llegar a Roquetas.

Un problema que afecta a toda la provincia

Aunque la historia de Alicia refleja la experiencia de muchos trabajadores, la saturación del transporte público metropolitano afecta también a otros colectivos. 

Hace solo unos días, medio centenar de estudiantes de Berja y Dalías denunciaron que los autobuses que regresaban de Almería llegaban llenos, dejando a los jóvenes esperando durante más de una hora o viajando de pie en condiciones de hacinamiento. Las familias habían propuesto un servicio escolar específico, pero el Ayuntamiento lo rechazó por limitaciones económicas.

Este caso recuerda que la saturación del transporte público no es un problema aislado de los trabajadores: afecta a estudiantes, empleados y a cualquier persona que dependa del servicio para sus desplazamientos diarios.

Demandas de soluciones

Tanto Alicia como los padres de los estudiantes coinciden en la necesidad de más autobuses en hora punta, planificación diferenciada y refuerzos efectivos. 

Alicia concluyó que “cada septiembre es lo mismo, y el Consorcio no escucha. Necesitamos soluciones reales, porque no podemos seguir viviendo con esta incertidumbre y tensión diaria”.

Usuarios y familias advierten que, mientras no se adopten medidas eficaces, la saturación seguirá generando retrasos, conflictos, problemas de seguridad y costes económicos que podrían evitarse con una gestión más eficiente del transporte público metropolitano en Almería.

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