El mundo del deporte se despidió el pasado mes de agosto de uno de los ciclistas españoles pioneros en este deporte. Uno de esos precursores que rompen todas las barreras pese a las dificultades de quien creció en plena posguerra, convirtiéndose aún así en el primer español que subió al podio en un Tour de Francia, entre otros logros.

Se trata del mítico ciclista Bernardo Ruiz (Orihuela, 1925), el deportista que hizo de la bicicleta una parte más de su cuerpo cuando aún era un niño obligado por el hambre de la España de entonces, lanzándose al estraperlo, para lo que sus viajes a Almería fueron imprescindibles durante un tiempo.

Lo confesó de forma explícita aunque muy escueta el propio mito español de la bicicleta. “Me convertí en ciclista sin darme cuenta”, resumió durante una entrevista en la Cadena SER. Es una parte imprescindible de su nacimiento como deportista y que se encargó de recuperar meses atrás el investigador almeriense Miguel Ángel Alonso, quien detalló cómo algunas de las primeras 'etapas' antes de pasar por grandes vueltas o por el tour tuvieron su meta final en municipios de Almería como Cantoria o Albox.

“La gente aquí conoció al Bernardo chaval, no al ciclista. Venía en tren con su bicicleta desde Orihuela, acudía a tiendas de la zona y de noche volvía pedaleando evitando los controles de la Guardia Civil con cargas de más de cincuenta kilos”, relata Alonso antes de detallar sus visitas en Almanzora y Albox.

Y es que el contrabando de productos de primera necesidad fue la única salida que le quedó a Bernardo y a su familia, ya que su adre había pertenecido al sindicato UGT y por lo tanto no podía trabajar "de manera legal". Por lo tanto, a Bernardo no le sobraban las opciones para ganarse la vida y poner su granito de arena para la subsistencia de su familia mediante el comercio de harina. 

"En uno de esos viajes un camión mató al animal que llevaba el carro y tuvieron que pasar al ‘plan B’ con otro medio, la bicicleta, y Bernardo con sus 16 años iba todos los días desde Orihuela hasta Cartagena”, recuerda el investigador. Pero no sólo se desplazaba hasta esta ciudad murciana. De hecho, los mayores del lugar todavía recuerdan la llegada del joven Bernardo. 

“Lázaro López, de Almanzora o Pedro, de la Fonda el Rosao de Albox, aún se acuerdan y hablan de Bernardo Ruiz. Era una persona muy conocida porque luego trascendió nivel internacional y ellos lo habían visto empezar con una bicicleta desvencijada", relata Alonso antes de detalla cómo eran estos encuentros. 

"Pedro, de Albox, cuenta que en la calle San Leonardo veía entrar a un muchacho que luego supo que era Bernardo Ruiz. Había un comercio donde vendían vino a granel entre otras cosas. En Almanzora, Lázaro López ha contado toda la vida que en la tienda de su madre venía a hacer negocios”, subraya. “Nadie en Almanzora se extrañó de que, cuando le compraron una bicicleta nueva, fuese campeón de España”, resume.

“Venía a esta zona porque había ferrocarril y porque había bastante producto como aceite y es aquí donde lo compraba de estraperlo, en el mercado negro y donde se lo envasaban en pellejos que traía este hombre y volvía así a aquella zona”, añade el investigador.