Las raíces agrícolas que han sostenido generaciones han forjado la identidad de Mojácar, un pueblo donde la conexión con la tierra y el trabajo en el campo siguen siendo motivo de orgullo. Cada año, la celebración de San Isidro revive estas tradiciones rindiendo homenaje a la herencia rural que aún palpita entre su cultura y sus gentes.

Y, precisamente, este pasado domingo 18 de mayo, Mojácar se ha vuelto a llenar de vida y emoción con una de sus fiestas más entrañables y tradicionales: la celebración de San Isidro, patrón de los agricultores. Un año más, el emblemático entorno de La Fuente volvió a convertirse en un punto de encuentro para vecinos, visitantes y familias que disfrutaron de una jornada por el recuerdo de sus raíces agrícolas y culturales.

La fiesta arrancó a las 13:00 horas con la emotiva bendición de San Isidro, un acto cargado de simbolismo y devoción. A continuación, tuvo lugar la feria del mediodía que llenó de música y risas el ambiente gracias a la animación de la charanga Armando Jaelo y, más tarde, el grupo La Espartera ofreció un concierto en directo para poner el broche de oro a la jornada festiva.

El alcalde de Mojácar, Francisco García, destacó la importancia de mantener vivas las tradiciones locales, ya que “San Isidro es una fiesta que habla de nuestras raíces, de nuestro vínculo con la tierra y de la importancia de compartir y celebrarlo en compañía”. Precisamente por eso, “queremos que Mojácar siga siendo un lugar donde la tradición y la alegría vayan de la mano”.

El concejal de Festejos, Pascual Artero, también quiso resaltar el ambiente familiar de la celebración porque San Isidro “es un día pensado para disfrutar en familia, con música, gastronomía y mucha cercanía”.

Algunas vecinas incluso lucían orgullosas sus trajes tradicionales de mojaqueras, vistiendo con elegancia su falda plisada de colores, chaleco negro, camisa blanca con bordados o encajes, un delantal blanco y el pañuelo típico amarillo. Estas prendas, son símbolos de identidad y arraigo en la cultura del municipio y añaden un toque especial más auténtico a la festividad.

Así, entre música, risas y recuerdos, la celebración de San Isidro en Mojácar no solo honra una herencia agrícola centenaria, sino que también mantiene vivas las tradiciones culturales locales.