Podría parecer dramatismo o alarmismo, pero cada vez lo advierten con más insistencia las voces autorizadas en la lucha contra el narcotráfico: la tensión crece en el litoral almeriense y todo "va a ir a peor", avisan. 

Uno de los hechos que confirman que esta alerta tiene más de real que de miedo irracional tuvo lugar el pasado mes de febrero. Dos agentes de la Guardia Civil acudieron a una zona de Adra en la que, supuestamente, estaba teniendo lugar un robo según una llamada recibida. La zona, inaccesible en el vehículo de la Benemérita, era una ratonera. Tras desplazarse a pie, los agentes vieron que el vehículo en el que habían llegado estaba ardiendo. Todo era una trampa que lanzaba un potente mensaje: el vehículo estaba envuelto en llamas, pero realmente podrían haber hecho lo que hubieran querido con los dos guardias civiles.

LA VOZ ha podido confirmar con varios agentes de la Guardia Civil relacionados en algún momento de sus carreras con la vigilancia, la investigación y persecución de delitos relacionados con el tráfico de drogas y de personas que la escalada de violencia es una realidad. De hecho, en los últimos meses distintos agentes de la Guardia Civil habrían recibido amenazas de muerte (para ellos e incluso para sus familias) en distintos focos de la provincia vinculados con el narcotráfico. 

Respecto a los lugares, existe cierta confusión mediática. Si bien los titulares los están copando las narcolanchas y el petaqueo que tienen como escenario las calas del tranquilo y turístico Parque Natural Cabo de Gata - Níjar, lo cierto es que desde el Instituto Armado avisan de que la zona más conflictiva se encuentra en el Poniente, con áreas que se han convertido en un auténtico avispero de actividades ilícitas vinculadas al tráfico de droga directa o indirectamente.

Amenazas de muerte sin castigo

De los varios casos de amenazas recibidas por agentes de la Guardia Civil, alguno ha llegado al juzgado en el marco de distintas operaciones contra el narcotráfico. Según fuentes próximas a estos casos, los narcos "llegan con la lección bien aprendida, se muestran arrepentidos por las amenazas de muerte y todo queda en multas ridículas".

En el otro lado, los agentes de la Guardia Civil empiezan a ver Almería como un "destino de castigo" en el que no pasar mucho tiempo. Así, el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Almería, Víctor Vega explica que "son plazas que se ocupan, sí, pero en las que los agentes no duran más de dos años".

Y las cosas no parecen ir a mejor. Al contrario, desde la Benemérita advierten que la tensión "va a más". Si por ahora hay una relación cordial con los petaqueros a los que 'caza' la Guardia Civil (a los cuales se les comunica la sanción administrativa pertinente y ya está), se augura que "la cosa se va a poner fea cuando pase del petaqueo y el chocolate a la cocaína, como está pasando ahora en Sevilla. El dinero llama al dinero y la cosa se va a poner fea".

En busca de destinos más tranquilos

Ante la situación actual y con la previsión de que no va a mejorar en el corto plazo, los agentes de la Guardia Civil destinados en servicios relacionados con la lucha contra el narcotráfico buscan destinos más tranquilos, ya sea en otros servicios o, llegados el caso, en cuarteles de provincias distintas a la de Almería. 

No en vano, hay dos planteamientos fundamentales para entender esas ganas de salir de Almería: "Aquí cobras lo mismo que un guardia civil de Cáceres, pero el riesgo es mucho mayor", explica Víctor Vega. Por otro lado, y también en palabras del portavoz de la AUGC en Almería, "estamos como hace 20 años estaba el Campo de Gibraltar".

Así, parece lógico (o al menos comprensible) el hecho de que Almería no sea un destino en el que quedarse y que parte de los guardias civiles relacionados con la lucha contra el narcotráfico tengan la vista puesta en su salida laboral de la provincia. 

Así las cosas, desde la AUGC solicitan que Almería sea considerado un destino en el que el riesgo es superior al de otras plazas, dando derechos preferentes a los agentes que se encuentran en la provincia (como sucedía en su momento en País Vasco y Navarra, o como solicitan también para las Islas Baleares con argumentos distintos al peligro, y relacionados con la difícil situación de la vivienda en las islas).

Además, desde la AUGC subrayan lo esencial en sus peticiones: "Y medios. Tenemos barcos con 20 años que no están a la altura de los delitos que se están cometiendo en Almería".