La siniestralidad en las carreteras sigue siendo un problema grave en España. A pesar de los avances en seguridad vial y las campañas de concienciación, los accidentes de tráfico continúan cobrando numerosas vidas cada año.

Entre los factores que más influyen en estos siniestros, la velocidad juega un papel fundamental y muchas carreteras siguen presentando tramos peligrosos en los que la velocidad excesiva sigue siendo un riesgo latente.

En este contexto, surge un debate sobre la posibilidad de modificar los límites de velocidad en ciertas vías, y una de las alternativas que ya se están llevando a cabo son la eliminación del límite de velocidad de 120 km/h en algunas autovías, siguiendo modelos de otros países europeos donde existen tramos sin restricciones fijas.

Estas alternativas ya han llegado a algunos puntos de España, por lo que en un futuro no muy lejano podríamos verlo también en las autovías de la provincia de Almería (A-7, A-92, A-92N, A-334 y A-1051).

Este cambio en la regulación de velocidad se encuentra ya en España en un tramo de la autopista AP-7 en Cataluña. El cambio consiste en un modelo innovador que ajusta la velocidad máxima permitida en función de diferentes factores, como la densidad del tráfico, las condiciones meteorológicas y el estado de la carretera.

La clave de este sistema radica en el uso de inteligencia artificial, que monitoriza en tiempo real las condiciones de la vía y ajusta los límites de manera automática.

El objetivo principal de esta iniciativa es mejorar la seguridad vial, evitando que los conductores circulen a velocidades inadecuadas en momentos de riesgo. Por ejemplo, en condiciones meteorológicas adversas, como lluvia intensa o niebla, la velocidad máxima puede reducirse automáticamente para prevenir accidentes. En horas punta, cuando el tráfico es más denso, se pueden establecer límites más bajos para evitar frenazos bruscos y colisiones.

Este enfoque ya ha sido adoptado en otros países europeos, donde se ha demostrado su eficacia en la reducción de accidentes y la mejora del tránsito en carreteras congestionadas. En Alemania, por ejemplo, este sistema ha logrado reducir la siniestralidad en tramos con condiciones de tráfico variables. Francia también ha implementado medidas similares en zonas de alto riesgo, como carreteras con curvas peligrosas o áreas propensas a condiciones climáticas extremas

A pesar de sus ventajas, este sistema no está exento de inconvenientes, y uno de ellos es la necesidad de una infraestructura avanzada que permita la monitorización en tiempo real de la carretera. Además, los conductores deben estar constantemente atentos a los cambios en los límites de velocidad, lo que podría generar confusión si no se implementa de manera clara y efectiva.