El control de los recursos naturales ha sido históricamente una de las principales causas de conflictos internacionales. Hoy en día, en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, los minerales críticos y las tierras raras se han convertido en un elemento clave en la batalla por el poder.

Estos minerales, que no solo son esenciales para la industria global, también están siendo utilizados como monedas de cambio en el tablero geopolítico por líderes como Zelensky y Putin. Pero, aunque Europa del Este parece dominar las noticias, la realidad es que Almería, podría mostrar su atractivo en el mercado de las tierras raras.

Se estima que en sus entrañas, podrían esconderse recursos que no solo tienen valor económico, sino que podrían ser la clave para el futuro de la tecnología y la energía.

Quien los controle, contralará el futuro

En los últimos 15 años, las tierras raras han sido el centro de atención a nivel mundial. Elementos como el neodimio, el disprosio o el escandio son fundamentales para fabricar desde los imanes de turbinas eólicas hasta las baterías de coches eléctricos o Smartphones. Estos materiales no son abundantes, y su extracción es compleja, por lo que el control de estos recursos se ha vuelto un asunto de gran importancia estratégica. Quien los controle, controlará el futuro. Y en ese futuro, Almería podría tener algo que decir.

¿Para qué sirven las tierras raras? Su valor radica en sus propiedades magnéticas y conductoras, que las hacen imprescindibles para producir tecnologías avanzadas. Si alguna vez has visto un coche eléctrico o una turbina eólica, ya has sido testigo de la importancia de estas tierras raras en nuestra vida cotidiana.

Los minerales críticos no solo son esenciales para la transición energética y la tecnología moderna, sino que su escasez y demanda mundial les otorgan un valor geopolítico impresionante. Entre ellos se encuentran el litio, el cobalto, el grafito, el zinc, el aluminio, el cobre, entre otros.

Pero entre todos, las tierras raras son las más codiciadas, no solo por su escasez, sino por las aplicaciones clave que tienen en el desarrollo de productos cotidianos. ¿Smartphone, ordenadores portátiles? Pues bien, muchos de sus componentes, dependen de estas tierras raras.

Almería podría estar sentada sobre una mina de los recursos del futuro. Desde 1993, Almería ha comenzado a figurar en el radar de las tierras raras y minerales críticos. Según la Consejería de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, existen indicios de la presencia de hasta 249 tierras raras en la provincia. Entre estos, se encontrarían materiales de altísimo valor estratégico como la barita, el cobalto, la fluorita, el grafito, el litio y el titanio. Unos recursos que de alto valor.

La x marca el lugar del tesoro

La barita, por ejemplo, se utiliza en la perforación de pozos de petróleo y gas, pero también en la fabricación de productos como frenos, vidrios y en la protección contra radiación en las salas de rayos X. Imagina, entonces, que esta sustancia esté presente en municipios de Alcolea, Turrillas, Dalías y Cuevas del Almanzora.

El cobalto, otro mineral crucial, está en el corazón de las baterías de nuestros teléfonos, coches eléctricos y computadoras. Su alta demanda está directamente ligada a la transición hacia energías más limpias. En Almería, municipios como Huércal-Overa y Oria tienen indicios de cobalto, lo que podría colocar a la provincia como un punto de referencia.

La fluorita es un mineral clave en la producción de acero, vidrio y productos químicos. Aunque no la veas directamente, está presente en muchos de los productos que usamos a diario. Almería, gracias a su riqueza geológica, albergaría potenciales yacimientos de fluorita que podrían ser los minerales críticos más abundantes de la provincia, desde El Levante hasta La Alpujarra. Se estima que hay 42 zonas con presencia de este mineral, lo que posiciona a la provincia como un área de gran interés.

Y no podemos olvidar las tierras raras asociadas a los granates en El Hoyazo, en Níjar.

La transición energética y la innovación tecnológica sigue su avance y en el sur de España, mas o menos, algo se podrá decir.