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Las migas que han hecho que esta tradición gastronómica de Almería llegue a miles de casas

Las 'Migas El Castillico' han conseguido conservar la receta tradicional y repartirlas por todo el país

Antonio Sáez, gerente de Migas El Castillico.

Antonio Sáez, gerente de Migas El Castillico.LA VOZ

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En Almería, la lluvia tiene un efecto mágico: apenas caen las primeras gotas de agua del cielo, en cada hogar comienza a fraguarse un plan casi inevitable… “hoy se comen migas”. Es una tradición casi sagrada teniendo en cuenta que en esta zona cada vez hay menos días lluviosos. Es casi un acto reflejo: cuando el cielo se cubre de nubes y caen las primeras gotas, en las casas se enciende el fuego para hacer migas.

En realidad, desde hace un tiempo ya no es necesario ni siquiera encender los fuegos para hacer las tradicionales migas. Y aunque muchos siguen preparándolas en sus propias casas, otros ya han encontrado la rápida solución de llevar esa receta tradicional a sus platos sin un gran esfuerzo: las Migas El Castillico.

Unas migas que cada vez están más presentes en los hogares y que facilitan la tarea a las personas que, bien no saben hacerlas o bien no tienen tiempo. Estas migas “se elaboran de un modo totalmente tradicional como lo hacía nuestra madre o nuestra abuela en la sartén solo con harina de trigo, agua, aceite de primera calidad y un poco de sal” explicaba Antonio Sáez, gerente de la compañía. Unas migas completamente tradicionales que “no lleva conservantes ni colorantes” y que se hacen exactamente igual que se hacían antes: “con rasera, sartén y tiempo”.

Lo único que las diferencia de unas migas hechas en nuestras propias casas es el proceso de congelación, sin el que no podría degustarse en tantos hogares. Es el proceso que consigue “aguantar y mantener la calidad y poder enviarla a diferentes lugares sin ningún problema”.

La receta es tan tradicional que estas migas han traspasado las fronteras almerienses, llegando hasta Barcelona “donde tenemos un núcleo y dos distribuidores”. Muchas personas las piden que, por cualquier motivo, han tenido que dejar su tierra pero sin olvidarse de sus costumbres: “Nos la requieren porque tiene ese recuerdo y quieren volver a degustar ese sabor” contaba.

Migas caseras El Castillico de Lubrín.

Migas caseras El Castillico de Lubrín.LA VOZ

Pero es que estas migas no solo interesan en Cataluña, sino que no deja de crecer esa demanda y ya reciben llamadas desde Valencia e incluso desde Madrid. Como respuesta a esta creciente demanda, “próximamente tendremos nuestra página web y pondremos en marcha también esa opción para quien no tenga la tienda de barrio cercana como en Almería o Cataluña, pues que podamos enviársela a cualquier rincón del mundo”.

Para Antonio, mantener esta tradición es fundamental: “La historia también viene de la gastronomía y nosotros queremos mantener viva nuestra historia gastronómica”. Precisamente por eso, “no queremos cambiar ni un milímetro el modo tradicional de hacerlas. Por mucha demanda que haya, nunca vamos a cambiar el sistema tradicional y la forma de hacerlas artesanalmente ni el sabor que tienen” aseguró Antonio en una entrevista en la Cadena SER Levante.

Unas migas completamente tradicionales para recordar cuando “nos sentábamos alrededor de la sarten” y “te comías el pegado, el remojón, los pimientos fritos, las ‘tajás’…”. Aunque, el acompañamiento ya es algo que dependerá de los gustos que haya en cada mesa.

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