El municipio de Almería que se ha consolidado como una de la capitales gastronómicas de la provincia
Una de las claves ha sido la apertura de restaurantes con propuesta diversas que van desde lo tradicional a lo japonés

El pueblo de Olula del Río en una fotografía de archivo.
Entre los atractivos de los que puede presumir la provincia de Almería figura si duda el de su gastronomía. Tanto desde el punto de vista de la producción de frutas y hortalizas como de los grandes restaurantes, entre los que figuran auténticos referentes en el sector.
Desde hace un tiempo, además de los conocidos Michelín o soles Repsol, un municipio se ha consolidado a otras conocidas localidades que pasan por ser capitales gastronómicas debido a la concentración de establecimientos hosteleros, como puede ser el caso de Vera.
Se trata de la localidad de Olula del Río, donde a los tradicionales restaurantes que durante décadas han dado de comer -y muy bien- a miles de vecinos ‘cebolleros’ así como del resto de la comarca (como es el caso de la histórica Casa Lázaro) se le han sumado en los últimos años diversas propuestas que han dado color (o más bien, sabor) al abanico de platos y cocinas diferenciadas entre sí que ahora se pueden encontrar en las calles de este pueblo de Olula del Río.
Una de esas propuestas que abrieron sus puertas hace pocos años y que ha ayudado a esa consolidación de Olula como capital gastronómica ha sido ‘Sushi Bar Blues’. Un restaurante japonés donde degustar auténticas recetas (y bebidas) del país nipón y con un asesoramiento para el comensal que, tanto a los inexpertos como a los amantes de este tipo de cocina, les ayudará a viajar hasta el país del sol naciente mediante su gastronomía.
No se trata del único caso de un restaurante llegado a Olula del Río dispuesto a ofertar platos novedosos en su carta. Es el caso de ‘Rustir, Bar y Bistro’, que cuenta con un chef, Juan Miguel Molina, que ya se ha convertido en un nombre conocido de la gastronomía almeriense con participaciones incluso en otros países europeos y eventos como Madrid Fusión. En este caso, la cocina vanguardista (sin olvidar lo tradicional) es protagonista con platos, entre otros muchos, como la costillas de atún rojo o gyozas de pato.
Una propuesta similar aunque diferenciada es la que también se ofrece en El Guiño, que además de sus platos cuenta con un atractivo único como es su ubicación en plena Ciudad de la Cultura, junto al Centro Pérez Siquier y el Museo Ibáñez y con propuestas como su tataki de atún rojo de almadraba o su revisión de las patatas bravas, por nombrar algunas de sus elaboraciones.
Ante este contexto, una pregunta por responder. ¿Qué es lo que ha dado pie a la floración de esta variada oferta de restauración y a su posterior consolidación? El concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento, Miguel Torregrosa, cree que es una conjunción de varios elementos que aúnan tradición hostelera, ubicación geográfica, emprendimiento e innovación aunque deja claro que los primeros responsables son “los propios hosteleros, aunque desde el Ayuntamiento hayamos podido facilitarle su labor en todo lo posible, son ellos nos han convertido en ese referente”.
A partir de ahí, considera que esta consolidación es “el resultado de ver esta diversidad a lo largo de los años y de la posterior formación de profesionales, innovando y decidiendo apostar por esta tierra” sin olvidar “nuestra ubicación privilegiada en el Valle del Almanzora por la que estamos de paso de todo” y por lo que “nos eligen tanto para hacer turismo cultura como gastronómico y de ocio”, explica el edil.
Además, el concejal olulense añade otro factor como es que “en Olula del Río tienes de todo, tanto sitios menos económicos con otros atractivos como otros donde tomar una tapa tradicional y gastar menos”.
Otro aspecto a tener en cuenta es la idiosincrasia de la población actual de Olula del Río, teniendo en cuenta los numerosos vecinos llegados desde otros puntos de la geografía española para trabajar en la industria de la piedra natural y que eligen esta localidad para residir.
Como ejemplo de “esa capitalidad” gastronómica, Torregrosa expone lo sucedido en la última Navidad y durante las fiestas patronales de enero, fechas en las que “no ha habido ningún sitio libre en muchos establecimientos, pero no sólo en los días festivos sino durante todas estas semanas”, apunta antes de añadir a que “tiene sus consecuencias para un Ayuntamiento, como una mayor exigencia en la limpieza, pero está claro que en una casa que no visita nadie nada se ensucia pero tenemos que dar las gracias porque nuestra casa sea muy visitada y se genere empleo o dinamismo económico con la compra de productos gracias a la hostelería”, resume.