Ayer se dio un pasito más de un largo camino para que la Balsa del Sapo no sea un problema ni para vecinos ni para explotaciones agrícolas de Las Norias (El Ejido). Ya han arrancado las obras que permitirán rebajar la lámina de agua de la actual cota de 27 metros sobre el nivel del mar a una cota no ‘peligrosa’ de 22 o 23. Se trata de un bombeo adicional al ya existente con el que se evacuarán al mar 500 litros de agua por segundo, que se sumarán a los 180 litros actuales, que han demostrado ser insuficientes para disminuir el nivel del agua.

La solución definitiva vendrá en los próximos años con la construcción de un túnel de desagüe al mar, en el que tendrá que participar el Gobierno central. De momento, en el día de ayer todo fueron felicitaciones para esta obra de emergencia que, según el director técnico Miguel Matarí, concluirá en un plazo de entre 4 y 6 meses a partir de ahora. El objetivo no es otro que evitar el posible desborde o ríada que pudiera darse en caso de lluvias torrenciales a partir de otoño.

La delegada en funciones de Medio Ambiente, Sonia Rodríguez, habló de “compromiso del Gobierno de la Junta con Las Norias” y destacó que la Administración autonómica considerea esta obra “prioritaria”, pese a la actual crisis. Rodríguez también pidió disculpas a los afectados por los retrasos que se han ido acumulando hasta ahora.

Por su parte, el alcalde ejidense Francisco Góngora dijo que “es un día muy importante para El Ejido”, y se felicitó porque el consejero Luis Planas “haya tomado conciencia de la gravedad del asunto para que se pueda desbloquear”, como así ha ocurrido tras su visita del sábado. Y añadió que “hay que pasar página del enfrentamiento institucional”.

Para el primer edil éste es el momento de pensar en buscar una solución a los muchos agricultores de la zona que han visto anegadas sus explotaciones agrícolas y que llevan varios años sin su sustento de vida. Góngora abogó por algún tipo de subvenciones para que estos productores puedan volver al invernadero.

Ésta fue la misma línea que reclamó José Antonio Vargas, presidente de la Asociación de Afectados Cañada de Las Norias, que también estuvo presente en el inicio de estas obras de bombeo, junto a un grupo de agricultores: “Nuestro único fin es que baje el nivel del agua para que los afectados puedan recuperar sus fincas para siempre”.

Los pozos ejidenses de Bernal

A principios de los 90 y ante la escasez de la ciudad de Almería para ser autosuficiente en recursos hídricos, los agricultores y regantes del Poniente cedieron (tres de los cinco pozos pertenecían a Sol y Arena) el uso de los pozos de Bernal, situados en El Ejido, al ayuntamiento de Almería hasta el día en el que la capital pudiera tener una alternativa viable.

En este sentido, la delegada Sonia Rodríguez pidió a la capital que deje de explotarlos: “Un llamamiento al Ayuntamiento de Almería para que deje de abastecer a su población con estos pozos y use la desaladora, que tuvo un coste de 50 millones de euros, y que solo se utiliza en un 20%”.

Finalmente añadió: “De esta forma, desde Almería se perjudica al sistema del acuífero del Poniente que está sobreexplotado”.