Hace unos días la Asociación de comerciantes Almería Centro daba a conocer que la reducción de ventas de los comercios desde el comienzo de la crisis llegan en muchos casos al 50%. Son datos que respaldan otras cifras, las reveladas por el Instituto de Estadística de Andalucía, que estiman que actualmente en la provincia se crean al año unas dos mil empresas menos que hace cinco años. De hecho, el año pasado se crearon 5.484 empresas y se destruyeron 6.432.

Esta dinámica de que el número de cierres supere al de creación de nuevas entidades no es nueva y se da en la provincia desde hace cuatro años. Eso sí, la situación podría estar comenzando a estabilizarse, ya que desde 2008, cuando se cerraron 10.267 comercios en la provincia, han ido reduciéndose los cierres cada año.

Aún así, las cuentas siguen sin salir y desde el 2008 se han cerrado casi 34.000 empresas y solo se han abierto 25.448. Esto no ayuda a una provincia con más de 80.000 parados en la que solo los cierres de negocios del año pasado supusieron la pérdida de más de 9.000 empleos.

Tipo de empresas

Y el mayor movimiento de altas y bajas se concentra sobre todo en las empresas formadas por una sola persona física, es decir, un trabajador que decide darse de alta de autónomos para poder ejercer por su cuenta. Algo no siempre fácil, por lo que las bajas son más de un 15% superiores que las altas en este tipo de empresas.

Y entre las que se crean y se destruyen, a las empresas compuestas por una sola persona física les siguen, en número, las conocidas como sociedades limitadas, las sociedades anónimas y las cooperativas.

En cuanto a la capital almeriense, el año pasado se crearon 1.485 empresas y se dieron de baja 1.752, lo que supuso la pérdida de cerca de tres mil empleos.

Comercio tradicional

Muchas de estas empresas fueron comercios tradicionales de los diferentes barrios de la ciudad que ven como los locales comienzan a vaciarse lo que, a su vez, también perjudica a los negocios vecinos.

Desde la Asociación Alcentro se explicó la semana pasada que las ventas se han reducido en un 50% en los últimos cinco años y que la situación más que mejorarse, se ha estancado.

Los negocios antiguos, con clientela fiel y aquellos que cuentan con un local propio y que no tienen empleados a los que tener que pagar cada fin de mes son los que mejor resisten.