Pese a su energía desbordante y que derrocha a cada paso y palabra según sus conocidos, Ana María Martínez Parra (Huércal-Overa, 1969) lleva casi media vida trabajando por mejorar la calidad de vida de las personas mayores de su municipio. Una labor conocida con la que ha ayudado a mejorar el día a día de miles de personas durante 16 años y que le ha valido para ser elegida como pregonera de la Feria de Huércal-Overa 2017.

“La noticia me ha cogido totalmente por sorpresa. No me lo esperaba ni por asomo. Lo he asumido con mucho orgullo pero también la carga de responsabilidad que conlleva”, reconoce sobre la decisión del Ayuntamiento huercalense. La pregunta del porqué cree que ha sido elegida no siempre es fácil de responder, pero Ana María tiene claro de qué labor se siente más orgullosa. “Creo que es por mi trabajo con los mayores. Llevo dieciséis años trabajando con ellos y hemos creado un grupo de casi 500 mayores haciendo gimnasia y manteniendo la actividad durante mucho tiempo. Hemos ido de menos a más con mucho sacrificio y esfuerzo pero ya están muy motivados en los talleres. Supongo que me habrán elegido por el cariño y el respeto que recibo de mis mayores”, repasa conjugando la humildad y el orgullo que siente por los vecinos con los que realizar sus actividades y talleres. Recuerda sus inicios trabajando con las personas mayores con ilusión pero también teniendo muy presentes las dificultades que acompañan al comienzo de un proyecto.

“Empezamos con muy poca gente y con talleres que costaba mucho trabajo mantener. Pero como las hormigas fuimos de menos a más motivándolos y sumando pequeñas cosas. También ha ayudado que ellos vean los beneficios que encuentran. Que ganamos en calidad de vida, que llegan a ser autónomos cuanto más tiempo mejor, que hacemos muchos ejercicios de fortalecimiento, de movilidad muscular... Se han dado cuenta de que es beneficioso y de que encuentran un resultado”, relata.

Saber escuchar
Los beneficios del ejercicio físico para las personas mayores son obvios. Sin embargo, para atraer a cientos de personas Ana María va más allá de la gimnasia. “Mi máxima es que las clases sean divertidas y animadas. Que sean un punto de encuentro entre vecinos. Que si se habla al principio de alguien que ha muerto, de algún vecino... Que eso sean dos minutos pero que el resto de clase sea en positivo pensando qué podemos hacer y ofertando más actividades”. Con una premisa así, saber escuchar es ser imprescindible para seguir creciendo. Y eso es algo que sabe la pregonera de este año. “Estoy muy atenta a las cosas que dicen durante las actividades. Por ejemplo cuando oigo ‘nunca he montado en tren’ lo recojo y hago algo para que esa mujer o grupo se monte en tren. Lo hemos hecho organizando un viaje a Águilas, por ejemplo. Y si hace tiempo que no han estado en la playa, vamos. Trabajamos la parte emociona porque es cuando se llega a las personas. Lo físico es importante pero también lo es la parte emocional”.

Preguntada sobre la diferencia entre trabajar en un gimnasio o con personas mayores se encuentra en que estos últimos “al conocerte, son más agradecidos y encuentran más beneficios en la gimnasia”.

Para el pregón, solo pide “que sea una noche bonita con amigos, familiares y vecinos. Y  supongo que todos mis mayores también me acompañarán”. No podría ser de otro modo.