Juan se separó de su mujer hace seis años. Desde entonces el contacto con su hijo se reduce a un fin de semana de cada dos y un mes de vacaciones al año. “Siempre que a ella no le venga en gana llevárselo de excursión el día que a mí me toca estar con él”, lamenta este docente de 40 años de edad; uno de los cientos de casos de padres de la provincia que demandan la custodia compartida de los hijos en caso de separación de los progenitores.

Una reivindicación que es hecha, además de por los padres, por las abuelas de los menores; como lo demuestra el hecho de que el 15% de los socios de la Asociación de Madres y Padres por la Coparentalidad son abuelas de “menores afectados por una legislación que otorga un privilegio injusto a la mujer”, según la define su presidente, Fernando Basanta.

Consecuencias de todo tipo

La ex mujer de Juan vive en la vecina provincia de Murcia, con lo que “cada dos semanas, cojo mi coche el viernes por la tarde y recorro 300 kilómetros para recojer a mi hijo y volver a Almería a pasar el fin de semana con él y la familia; y el domingo lo llevo otra vez a su casa. Eso significa mucho tiempo de carretera, el gasto de desplazarme allí, que el niño se cansa de tanto viaje. Además de que cuando llego al domicilio de mi ex mujer siempre monta la escenita de que el niño no se quiere venir conmigo, que no le meta tantos kilómetros en el cuerpo; y, claro, el niño dice que no viene. Pero en cuanto lo separo de ese entorno, nos vamos a dar un paseo, y hablamos; ya dice que quiere venirse a ver a sus abuelos y a su hermano, ya que yo tengo otra mujer y otro hijo”.

Juan cuenta que su mujer le ha interpuesto varias denuncias por supuestas faltas en su responsabilidad como padre “y hasta ahora las he ganado. Pero eso supone ir a la Comisaria, declarar, un abogado y afrontar un juicio que es costoso, pero sobre todo agotador y muy fustrante”.

Acaban en conflicto

Los padres que acuden a esta asociación almeriense están viviendo situaciones conflictivas, sobre todo porque “las madres se han propuesto poner tantas dificultades para que los padres puedan ejercer como tal, que éstos buscan un colectivo en el que hay otros hombres que sufren la misma situación que ellos, y donde podemos orientarles y asesorarles sobre a dónde deben dirigirse. Por ejemplo, está el servicio de mediación de la Junta que funciona muy bien”, afirma Fernando Basanta.

Desde esta asociación se hace hincapié en que “lo más importante es el beneficio para el niño que supone la custodia compartida, puesto que se convierte en un derecho para él y conlleva unas obligaciones para los dos progenitores. Lo importante es que un menor no pierda sus referentes fundamentales, que son su padre y su madre”.