Las familias jóvenes son cada vez más difíciles de ver. Las personas han pasado de tener hijos en sus veinte a tenerlos a finales de sus treinta. Esto tiene su explicación en muchos factores, ya sea el no tener un empleo fijo o un sueldo que pueda sostener a una familia, el hecho de que comprar una vivienda parece cada vez más imposible, o la elección de intentar disfrutar de la juventud lo máximo posible. Esa presión social de hace unos años en la que casarse y formar una familia cuanto antes era lo ideal y lo considerado como un logro, se va disipando cada vez más.

Por otro lado, Almería es la provincia con menos familias de acogida de Andalucía. Se buscan familias que puedan acoger a muchos menores que, por circunstancias de la vida, se encuentran en centros tutelados a la espera de poder formar parte de una familia y tener un lugar seguro al que pertenecer. 

Una decisión que cambia la vida

Tener hijos siempre te cambia la vida. Algunas veces es buscado y otras veces es una sorpresa. Normalmente, cuando una familia acoge a un niño o niña, es un proceso de larga deliberación y toma de decisiones. 

Se tiene que estar muy seguro de querer acoger a un niño, de ser capaces de criarlo y de darle la vida que se merece. En el caso de dos jóvenes almerienses, la decisión de acoger a su hija la tuvieron clara desde el principio.

A diferencia de la mayoría de familias de acogida, la llegada de la niña en 2022 fue una sorpresa para los almerienses y sus familiares. "Nosotros hace tiempo pensábamos y teníamos en mente de iniciar la tramitación para adoptar a un niño. Entonces nos apareció en nuestras vidas, nuestro pequeño tesoro más valioso, nuestra niña. Desde el minuto cero que apareció en nuestras vida, sabíamos e íbamos a luchar todo lo posible por el bienestar de ella, no íbamos a permitir que ,como muchísimos niños al no haber muchas familias de acogida, fuese a un centro y sobre todo que no se criase sin el calor de una familia ni tener referentes familiares, como dos papás", cuenta la pareja para LA VOZ.

El proceso de acogida

Dos jóvenes trabajadores que, para el momento en el que decidieron ampliar la familia, ya contaban con una hipotéca, dos coches y un negocio emergente que empezaría como una tienda de almentación pero ha evolucionado a un bar. 

Con una situación que permitía poder asegurar una buena vida a la niña, contactaron con Servicios Sociales Comunitarios  que los asesoraron para comenzar el proceso. El último requisito que necesitaban para poder comenzar el proceso de acogida era estar casados. Así que lo hicieron. Se casaron en el Juzgado de Paz en diciembre de 2022, con sólo sus familiares más cercanos como asistentes.

Empezaron así, con la ayuda de Cruz Roja, el proceso. Una vez nació la niña, fue llevada al cuidado de una familia de acogida urgente. En su caso estuvo sus primeros seis meses de vida con una pareja almeriense que lleva siendo acogedores de urgencia durante ocho años. 

Su función reside en recibir a un bebé entre cero y tres años y proporcionarle la atención que en un centro pueden no llegar a recibir. "No es lo mismo estar en un hogar, en una casa donde tú estás 24/7 pendiente de ese niño o de esa niña que que un centro de acogida, que hay más niños y no hay tanto personal a lo mejor como querríamos que hubiera", cuenta la familia de acogida de urgencia para LA VOZ. 

A sus seis meses, en 2023, la niña fue llevada al que sería su hogar. Después de visitas semanales con la niña mientras se hacía la valoración de aptitud para el acogimiento, la pareja pudo traer a su hija a casa. 

"Nosotros sin saber que éramos aptos para el acogimiento, ya teníamos todo preparado para la llegada de la pequeña", cuentan para LA VOZ. Pero esto no significaba que el proceso había terminado, ya que empezaron teniendo la condición de acogida temporal, que puede durar hasta dos años, a veces incluso más.

Pero no llegaron a los dos años, dada la situación parental de la niña. Fue entonces, después de ese periodo de 'prueba', en el que pudieron solicitar la acogida permanente. Fueron para la pareja y familia momentos de angustia e incertidumbre que se resolvieron cuando finalmente les aceptaron la permanencia de su querida niña.

Una nueva vida, de dos a tres, una familia completa

Actualmente, los jóvenes almerienses viven felizmente con su hija. Componen así una de las familias de acogida más jóvenes de la provincia, según el Servicio de Acompañamiento Aldaima Infania Apraf (UTE), a los que la familia agradece estar siempre ahí para cualquier duda y por aconsejarlos durante el proceso. 

La llegada de su hija, que llego a casa con seis meses y ahora va camino a los tres años, ha sido un cambio radical a su vida. Todo lo que hace la pareja, todos los sacrificios y las horas de trabajo, lo hacen por ella, y por garantizarle la mejor de las infancias y vida.

Con una familia amorosa, la niña ha traído luz a todos sus miembros a los que no les falta amor para darle. "Nuestra pequeña vino a nuestras vidas para darnos la alegría que nos faltaba", declaran para LA VOZ.

Una decisión que cambió el destino de una niña que, por circunstancias de la vida, veía su futuro en centros tutelados buscando una familia, situación en la que muchos otros niños almerienses se encuentran, por la falta de familias de acogida en la provincia. 

La pareja ha querido también animar a las familias a acoger niños en Almería que lo necesitan: "Si tenéis la oportunidad y queréis colaborar con el Acogimiento Familiar es una de las cosas más gratificante que puedes realizar, ya que estas ayudando a un niño con una situación complicada". 

Una situación complicada en la que podría haberse visto su hija, pero antes incluso de nacer ya tenía abuelos, tíos, primos y, sobre todo, dos padres que han luchado por ella hasta obtener la permanencia. La permanencia que significa para siempre, una familia para siempre, una casa para siempre y un amor incondicional para siempre.