Gigantes y Cabezudos
Gigantes y Cabezudos
Se diría que los niños son de otro planeta. Ciudad rilkeana. Isla de ensueño. Ver a la infancia encaramada en los hombros de los padres o en los brazos de las madres, con los ojos casi saliendo de sus órbitas, ansiosos, fuera de sí, ante un mundo que ya no es el nuestro produce cuando menos nostalgia . Entre la mirada de los niños y la realidad algo deformada no existe todavía esa memoria más o menos histórica que padecemos los mayores. Gigantes y Cabezudos han vuelto a desfilar por el Paseo. Se recobra así un espectáculo que se había quedado en el desván malherido por la incuria del tiempo. La feria es para los niños, no cabe duda. Si todas las batallas fueran de flores nada tendríamos contra el tiempo que vivimos. El alcalde nos aconseja el olvido para aprovechar esta semana dedicada al disfrute de los pequeños placeres. Pero mecachis en la mar, nosotros no somos niños. Hasta en los Cabezudos hemos distinguido un demonio, una reina, un pirata y un torero. ¡No te digo lo que hay! En fuerte contraste con la infancia que no puede ponerles nombres a estas cabezas deformadas y deformantes, nosotros los ciudadanos de la crisis, acostumbrados a frecuentar todos los días los medios de información, podríamos construir un abundante museo de horrores. Cabezudo podría ser, por ejemplo, Gadafi, ya a punto de entregar el poder. También la cabezota de Chávez se prestaría a un doble juego circense entre la retórica y la mentira. Incluso traer para variar la figura de Strauss-Kahn como ejemplo de contención erótica. Esto por lo que se refiere a lo que ocurre fuera de nuestras fronteras, pero también aquí reina el esperpento tan del gusto de Goya, Quevedo y Valle Inclán. ¿Han visto últimamente la cara sombría de Zapatero? ¿Qué se desprende de la quietud de Rajoy en la tensa espera de ganar unas elecciones generales sin enterarnos bien de su programa? Por fin sabemos que la crisis no era solo española. El miedo a la recesión atenaza a las mejores familias. ¿Por qué no les decimos a Obama, a la Merkel y a Cameron que se vayan? Por la mañana los mercados aprietan y por la noche se quitan la faja, o al revés. Esto quiere decir que estamos a vivir mucho tiempo entre Gigantes y Cabezudos.