El desánimo social el que nos conducen
En el silencio de las palabras no dichas, en la incomprensión, en la tergiversación, en la no comprensión, no claudiquemos. Ante anhelos íntimos y supuestos acercamientos del espíritu, no nos dobleguemos. Por que no haya similitud de emotividad en el alma, no desfallezcamos, no nos hundamos.
Ante el desánimo social, el pan y circo que nos ofrecen a diario los medios, incentivando aún más el esperpento, lo chabacano, los enredos, comidillas y engaños, ¿qué podemos hacer? Nuestra sociedad acepta y aplaude todo esto, ignorando el esfuerzo personal, el amor hacia la cultura, el afán por ampliar conocimientos y los méritos de muchísimos de nuestros ciudadanos que se marchan de su país por que el suyo no ofrece nada para avanzar en cultura libertad y dignidad.
¿En qué niveles de envilecimiento especulativo y moral está gran parte de nuestra sociedad? Ciertamente, una Nación, como la nuestra, que deja marchar a ingenieros, científicos y técnicos bien formados, que indulta por doquier a los ladrones de cuello blanco, que consiente estar sin gobierno más de doscientos días, y que valora la mediocridad del cotilleo televisivo ¿qué podemos esperar de ella? Una sociedad que permite a sus ciudadanos conseguir, con el mínimo esfuerzo lo máximo, atropellando a quien se le ponga en su camino, utilizando medios no lícitos y a costa de lo que sea, nos hace pensar a más de un ciudadano que esto es una desfachatez.
¿Dónde están esas leyes de Transparencia y esa Justicia Social?, ¿cuándo se va a pensar verdaderamente en los ciudadanos?
Efectivamente sufrimos la esclavitud moderna en su complicada e ignorancia voluntaria, pero seguimos sin cambiar absolutamente nada. En fin ¿qué podemos hacer? pues intentemos ayudar a los que quieren escuchar, leer, reflexionar, pensar, investigar, aprender y regenerarse