¿Y si no los encuentran nos quedamos sin proyecto? Es la pegunta que se nos ocurre hacerles a los protagonistas de la firma del convenio.

De entrada ya nos dicen que hay cuatro años para buscar ese dinero. Lo que nos lleva a pensar que durante esos cuatro no se va a avanzar en la obras del Plan. Cuatro años más perdidos.

Y del Puerto-Ciudad de la capital se lleva hablando por estos lares desde los tiempos de José Antonio Amate en la presidencia de la Autoridad Portuaria.

La realidad es que los políticos desempolvaron el tema por aquellos de las elecciones municipales, una vez que las mismas dictaron sentencia, se vuelven a meter los papeles en los cajones a seguir la larga siesta de otros cuatro años. Cuando se acerquen las nuevas elecciones al Ayuntamiento la señora Cabeo o su sustituto/a, a instancias de su partido, volverá a poner sobre la mesa el Puerto-Ciudad.

Ya no nos acordaremos de la reunión de los socios, del dinero privado que tienen que  buscar y de lo escrito hoy. Nos cantarán alguna milonga más, ya lo verán.

En el convenio entre las partes algo queda meridianamente claro: “La llegada del tren al puerto está garantizada”. ¿Nos está diciendo quizás que Madrid, Sevilla y Almería están de acuerdo en que el tren se pasee por el interior del puerto en un futuro? Ese convenio está firmado por políticos del Partido Socialista y del Partido Popular.

¿Están de acuerdo los dos partidos en que el caballo de hierro vuelve a piafar en terrenos portuarios? ¿Nos están indicando con el citado que don Luis Rogelio y doña Trinidad Cabeo están de acuerdo en que el tren haga sonar su silbato al entrar en el puerto de la capital? ¿Entrará vacio o lleno? No es lo mismo.

Puede entrar vacio y salir lleno de mercancías, puede entrar lleno y salir vacio. ¿Y qué diferencia hay? Las mercancías. Los ejemplos que hemos tenido en nuestro puerto no han sido especialmente gratificantes, con unos colores en fachadas de casas y terraos que aún recuerdan miles de almerienses de la zona de El Zapillo y aledaños.

Nos están diciendo con ese convenio (en el que garantizan la llegada del tren al puerto) que el mineral de hierro va a ser de nuevo mercancía a estibar en alguna de las dársenas de la capital. Nos dejan helados.

No garantizan el puerto ciudad, pero sí que el tren cargado de mineral está haciendo sonar el silbato en la entrada del puerto.