La Voz de Almeria

Opinión

Creímos que las cubas de agua habían desaparecido de los pueblos

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Somos unos ilusos. Nos creímos al presidente de la diputación, Gabriel Amat, cuando nos anunció que durante su presidencia se acabaría con las cubas de agua en los pueblos. Lo que no nos dijo es en qué año de su presidencia, porque las cubas han vuelto a aparecer en dos pueblos almerienses, y sí, es cierto, tiene cuatro años más para acabar con ellas. Pero entiendo que esas cubas tuvieron que desaparecer hace algunos años. Los campos del levante almeriense también están sufriendo los rigores de la sequía, dejando sin regar miles de hectáreas con la pérdida de importantes cosechas. Son en estos días y ante estas noticias cuando nos acordamos de ellos, los políticos. En los tiempos de la dictadura, hace ya algunos años, los árboles de la provincia se llenaban con: ¡Más agua, más árboles! Han pasado casi cuarenta años y Almería sigue con la misma necesidad: ¡Más agua! lo de los árboles lo hemos olvidado un poco.


Se nos prometió un plan hidrológico nacional. ¿Recuerdan? El sobrante de las aguas del norte, se nos dijo, para las zonas secas del sureste. Solidaridad y hacer país, se anunció. Han pasado doce años (doce) desde aquella promesa hídrica y Almería vuelve a tener cubas llevando agua a pueblos de la provincia para calmar la sed de miles de hombres y mujeres, sin olvidar las miles de hectáreas que se han quedado sin poder regarse en el levante almeriense. ¿Y los políticos de entonces que hacen? Eso me pregunto yo. ¿Qué puñetas hacen aquellos que apoyaron al iluminado de Zapatero cuando acabó con el Plan hidrológico y se atreven a seguir diciendo que ellos, sí, ellos, “defienden los intereses de los ciudadanos almerienses”? Y un pimiento. ¿Qué hacen aquellos que defendieron el plan en su día y que tras la vuelta al poder se han olvidado de las secas gargantas de Almería, de los secos campos de nuestro litoral? Mudos ante los jefes. Ni los primeros han pedido perdón a los almerienses por los desmanes hídricos de Zapatero, ni los segundos han levantado la voz para que el agua vuelva a ser un horizonte de esperanza para el futuro de nuestra provincia.


Y en esas estamos queridos lectores. Cuarenta años después seguimos llevando en camiones-cuba el agua para calmar la sed de nuestros pueblos. Cuarenta años después seguimos sin un claro plan de agua para Almería y los almerienses.


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