Mister 2,3
“En un partido donde no hubo crítica interna, resulta un notición ver dirigentes pedir cambios”
El batacazo andaluz del PP parece que le ha hecho reflexionar. Rajoy dice ahora que hay que “corregir” algunas políticas. La corrección tiene un límite: no debe alcanzar al relevo de la Cospedal porque, como avisa un portavoz de la señora, podría ser mucho peor. ¿Imaginan las cosas que podría vomitar esta dirigente? Así que mejor dejarlo y hacer penitencia a tono con los días santos que corremos. En un partido donde no hubo nunca crítica interna, al menos que se sepa, resulta un notición ver a ciertos dirigentes reclamando cambios en la estructura. Poco antes habían habido quejas de la mala empatía del PP con los ciudadanos. Y es que no todo el misterio electoral consiste en decirle al votante que hemos crecido un 1,8 o un 2, 7. Hace falta algo más. Este Gobierno sigue amarrado como un náufrago al palo de la eventual recuperación. Creen a pie juntillas en eso que tanto combatía José Luis Sampedro: “el hombre no es solo un mero productor/consumidor”. No en vano el PP mordió la derrota ante un pueblo imaginativo, poco cartesiano que ve algo más allá del pan y pandereta. Afirman ahora los críticos que fue un error llamar “ Naranjito” a Albert Rivera. Hace falta más “carne” en la comunicación del partido de la derecha, puesto que con los números y decimillas no van a ninguna parte. Por algo el nuevo nombre de Rajoy es Mister 2,3, materialización perfecta de su política de dígitos al margen de cualquier otra preocupación. No exageremos. Ahora cuando faltan unas cuantas semanas para las elecciones municipales, el partido se deja caer con una concesión sanitaria para emigrantes. Por lo visto antes no era “sensato”, ahora sí. Sampedro considera “agotado” el sistema liberal. A su juicio choca con tres barreras: “ Física ( el derroche tropieza con los límites del planeta) Política ( El Tercer Mundo ya no acepta la explotación) Y Psicológica (El sistema capitalista reduce al hombre a mero productor/consumidor). Aplíquese el cuento un partido acusado de corrupción y a punto a de sentarse en el banquillo por culpa, entre otras cosas, de una presunta caja b. Si para colmo un ochenta por ciento de los españoles sigue sin creer en la recuperación, mal lo tiene el PP para ganar las elecciones. El señor Arriola tendrá que hacer arabescos de comunicación metafísica si quiere seguir cobrando.