La Voz de Almeria

Opinión

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Del coro al caño y del caño al coro, y repítase las veces que sean indispensables hasta el error, el trabalenguas o el conejo en la chistera. No queda otra solución que acudir al ‘taco’, cuando el nivel de asombro ante el estropicio de la generación LOGSE hace de las suyas. En estos tiempos en que las catedrales son los centros comerciales y el ágora el botellón, flipas cuando ante una encuesta a pie de calle preguntando quién era Suárez, entre los 22.000 chavales que se arregostaron en Granada,  te responden perlas del calibre: “¡que no lo sé!”, y la zoquete en cuestión apostilla: “que quien me gusta es Carlos Alfredo, el de La Voz kids...”. Ríes por no llorar ante tamaño despropósito, pero cuando ‘la Esteban-es paradigma de princesa del pueblo con ventas literarias desorbitadas, a nivel de una Agustina de Aragón anti crisis en horario prime time bordando banderas populares al más puro estilo Mariana Pineda, y todo aderezado de salsa rosa, tenemos la podredumbre instalada. Tal vez ahí está el germen de la crisis de valores, tan o peor que la económica. El talento puebla el asfalto y se estrella en demasiadas masas grises. Afortunadamente la moneda tiene dos caras, y hay rostros en la balanza frente a estas cruces.


El otro día leí en un chat una sentencia, que ahoga como soga en horca a esta sociedad, tanto como al Tuco (Eli Wallach) de El Bueno, el feo y el malo, a la espera del disparo certero con su Winchester de Clint Eastwood: “La clase obrera no tiene obra, la clase media no tiene medios y la clase alta no tiene clase”. Sólo hay que echar un vistazo  a la prensa para corroborar y asentir. Y nada, seguimos esperando esos ‘buenos-que nos libren con su ejemplo día a día de la asfixia. Para empezar no estaría de más que la educación y la ciencia fueran prioridad nacional ajena a ‘desWertgüenza-o a leyes de educación que amparándose en la igualdad han rebajado el nivel no a ras de tierra, sino a tuneles underground. Sólo por no encontrarnos con borregos a la hora de manifestar una opinión o de empinar el codo ‘marcalapava-con pepinos; y no es por andar jodiendo la marrana, puesto que quien les escribe ha bebido, bebe y beberá mientras el cuerpo aguante, pero aun quemando neuronas y juventud me interesaba por saber quiénes somos y de dónde venimos. El adónde vamos ya es una incógnita, si Dios existe dirá, y si no también, y siempre nos quedará Siniestro Total...


Tanto va el coro al caño, que en el fiestorro primaveral se nos romperá el cántaro, y ni coro, ni caño: ¡qué coño! Es una lástima que tantos miles se unan para olvidar bebiendo, y no para vivir bebiendo, mas viendo cómo está el patio.


tracking