Antequera golea a Almería
Le gana la partida como nudo logístico partiendo de la misma base en un partido que comenzó hace veinte años

Plano de situación del futuro Puerto Seco de Níjar realizado por Prointec hace ya 9 años.
El relato es el siguiente: en una provincia donde los tomates viajan más que las personas no hay nada nuevo bajo el sol: Almería sigue misérrima en logística, a pesar de contar con tierra mar y aire. La principal razón de ser del futuro AVE -al margen de la quimera de plantar pasajeros en tres horas en Madrid- es la del transporte de hortalizas, que contentará a las autoridades europeas a la hora de reducir el CO2 de la carretera.
Un tren de mercancías no necesita parar tanto como el de personas y lo hace más competitivo a alta velocidad, aunque tenga que rebasar fronteras. El viaje de un almeriense a Madrid en AVE no estará exento de cinco paradas en el mejor de los casos: Vera, Lorca, Murcia, Elche y Orihuela; y nueve, en el peor: Vera, Lorca, Murcia, Elche, Orihuela, Alicante, Villena, Albacete y Cuenca.
Por tanto, si Almería tiene un hecho diferencial con otras provincias para rentabilizar la alta velocidad ferroviaria es su industria hortofrutícola que ahora depende íntegramente del asfalto con casi mil camiones diarios dedicados a la exportación. El Ministerio de Transportes y su paladín, el original ministro Puente, han puesto el turbo para el Corredor Almería-Murcia sea una realidad en 2028.
Pero ¿y el centro logístico de Níjar, el esperado Puerto Seco, qué ha sido de él? El horizonte de la Junta de Andalucía -es una infraestructura de interés autonómico aprobaba en 2016 que gestionará la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA)- es que esté lista en 2030, aunque aún no se ha movido ni una piedra. Solo hay un proyecto realizado por Prointec para ordenar una superficie de contenedores y naves industriales de 1,7 millones de metros.
Nada más, por ahora. Se han sucedido varias reuniones en los últimos años con alhóndigas y cooperativas de Níjar y del Poniente para abrir las ganas de Puerto Seco por la reducción de los costes de los portes de la carretera, pero no se puede alimentar el ansia si los comercializadores del pimiento o del calabacín no ven algo tangible más allá de los planes teóricos.
Bicheando por los presupuestos autonómicos de 2026 presentados hace unas semanas, apenas se incluye una referencia al Puerto Seco de Níjar, como una nueva área logística que estará disponible en 2030 junto a Majarabique (Sevilla) y Bailén (Jaén). La consejera de Fomento, Rocío Díaz, ha exigido al Gobierno de España que agilice el trazado Almería-Murcia para que se pueda conectar el área logística de Níjar, pero ella no agiliza el Puerto Seco.
Con el cronograma en la mano, Almería tendrá vías y tren veloz y catenaria en 2028 para pasajeros, pero no podrá tener Puerto Seco para transportar contenedores de verdura a Berlín hasta, al menos, dos años más tarde. Da la impresión de que los últimos consejeros de Fomento se han dormido en los laureles con Níjar. Tanto la anterior alcaldesa como el actual alcalde siguen reclamando que se inicie ya el proyecto de urbanización.
Andalucía ha librado 53 millones en 2026 para las áreas logísticas andaluzas, pero, que se haya explicado, ni un euro para la tierra por donde deambuló Goytisolo con su libreta. Qué tiene que hacer Níjar entonces, qué tiene que hacer Almería entonces: esperar como Penélope en el andén.
Antequera, que no exporta ni la mitad de lo que exporta Almería tiene ya urbanizada su primera fase con una inversión cercana a los 50 millones y su próxima conexión con los puertos de Málaga y Algeciras. “Stop Málaga”, suelen exclamar con fastidio algunos almerienses; “Menos Málaga y un poco más de Almería en las cuentas públicas”, si se quiere vertebrar un poco el territorio. Antequera hace veinte años partió de cero, a la par de Níjar, a jugar el mismo partido en pos de un nudo logístico en Andalucía; la porra antequerana ha terminado ganando por goleada al shérigan. Amén.