Bocadillo de calamares para Mariano
“A eso de las 3:30 horas, vi salir de incógnito de Génova 13 a Mariano Rajoy”
Después de catorce horas de registro en la sexta planta del PP, los funcionarios del juzgado y los policías salieron por la puerta que les lleva a la calle Génova, cargados con aquellas cajas. Hice caso al instinto y seguí vigilante y atento a la puerta. Eran casi las doce de la mañana del viernes, llevaba más de treinta horas sin dormir y de pie de uno lado para otro, había malcomido algún sándwich y tomado tanto café que tenía taquicardias.
A eso de las tres de la tarde y la calle se fue quedando desierta y por la puerta, con una gabardina bien calada y gafas oscuras vi a Mariano Rajoy salir de incognito. Estaba seguro, era su forma de andar, su porte y una desconfianza muy suya que le hacía volverse de tanto en cuando para asegurarse que nadie lo seguía. Y aunque todas las agencias informaban que estaba en Bruselas y desde allí, había lanzado un comunicado oficial pidiendo tranquilidad y respeto a las decisiones judiciales. Yo lo tenía a muy pocos metros del objetivo de mi cámara y de lo pálpitos de mi corazón desbocado, estaba a punto de descubrir algo grande que me llevaría hasta la gloria del periodismo de investigación. Anoto en mi móvil que a las 3,30 horas entra en el Bar La Rosa de Alcalá. Pide una caña y un bocadillo de calamares y el camarero grita a cocina: ¡Un bocadillo de calamares para el Presidente, marchando! Mariano coge un diario deportivo y lo ojea. El camarero vuelve con el bocadillo de calamares que salen por los costados del bollo de pan y le pregunta, ¿Sí es verdad que esta noche ha estado la policía y los del juzgado por allí?.- Ya sabe usted, Gervasio, que no me gusta hablar de política cuando estoy comiendo, pero si quiere que le diga algo y promete guardar el secreto, le contaré que no se han llevado nada de interés, que lo que importa está aquí en mi cabeza. Mariano hizo un barquito de papel con una hoja del Marca y dijo adiós desde la barra al camarero que preparaba un solo.