Las personas son antes que las autovías
Las personas son antes que las autovías
Tradicionalmente el protocolo del naufragio exige la evacuación preferente de las mujeres y los niños primero. Y el PSOE, haciendo gala de su errático rumbo, remeda que “las personas son antes que las infraestructuras”.
Disparates como el Plan E, en su primera fase, fulminó ocho mil millones en obras apresuradas, disparatadas, innecesarias e inútiles. Ahora, tras el estrepitoso fracaso, aparece otro mensaje zen de la factoría de ocurrencias: “Antes de hacer autovías hay que pagar nóminas”. Esta “revelación” no es original de Sánchez Teruel, Adela Segura se anticipó en un discurso perfectamente engranado con las nuevas directrices semánticas de la Junta. Tras la Andalucía 2.0, de lujo, imparable, modernizaciones… o sea, infraestructuras, se cambia el paso para detenerse en la presunta protección de las personas.
No es novedad que el dirigente socialista anuncie la prioridad del pago de las nóminas de los empleados públicos antes que las inversiones, proveedores, etc. Esto lo sabe el edil de la aldea más remota, y sabe que antes hay que pagar las nóminas; posteriormente, los seguros sociales, las retenciones… y las inversiones en infraestructuras quedan para la “reprogramación” ¿les suena? La nueva arenga antropológica socialista colisiona con el “desnudo materialismo” de sectores díscolos como Cámara de Comercio y Asempal que presentan reivindicaciones resumidas en infames retrasos, promesas incumplidas y pérdida de oportunidades. Ahora resulta que el tradicional pecuario comportamiento de la Mesa de las Infraestructuras se torna en alienante alineación con el Gobierno central. Es la conocida reacción del socialismo instalado en la ocupación de la sociedad y la ausencia de crítica. Acostumbrados a la complicidad estipendiada, cuando se les critica acuden al socorrido bandazo a la derecha.
Me ha impactado el ejemplo propuesto por Sánchez Teruel: “Supongamos que el marido está en paro (…) el marido seguro que prefiere destinar el dinero a los estudios de su hijo antes que cambiar los muebles de cocina”. Por cierto, ¿dónde quedó el discurso de género y los tópicos machistas? No se puede confundir los apuros de una unidad familiar con el saqueo instalado en innumerables corruptelas.
Dicho de otra manera; la mujer, en paro, tiene que poner orden en casa con un marido borracho y malgastoso; y encima, la asistenta te roba los ahorrillos del bote del Cola Cao. No sé si me explico. Pero seguro que para Sánchez Teruel es un ejemplo fascista, anticuado y afecto a los sectores críticos, pero lo que ocurre en esa casa imaginaria –salvo honrosas y escasas excepciones- es la triste realidad del actual Gobierno de la Junta del PSOE de Andalucía.