La feria de Almería nos ha dejado opiniones para todos los gustos
La feria de Almería nos ha dejado opiniones para todos los gustos
El equipo de gobierno, con su alcalde Luis Rogelio a la cabeza, ha intentando vender un éxito que no se ha producido, por muchas milongas que nos cante. La muy dura oposición municipal, esa que pide entradas para los espectáculos, aprovechando que el personal le ha fallado al recinto nocturno, se ha lanzado al cuello del alcalde en busca de sangre, sangre. Las series de “chupasangres” nos tienen vampirizados. Estamos ante la peor feria de los últimos diez años, dice don Joaquín Jiménez. No se puede negar que una parte de razón tiene, y muy importante. En qué ha fallado el joven Alonso (oiga, ya no tan joven), concejal de fiestas mayores, bajo mi punto de vista, en la del mediodía.
Se viene intentando desde hace algunos años llevarla al recinto ferial, y si no se ha hecho es por el sector hostelero de la capital que viene pidiendo que se mantenga. ¡Bien por el sector! El Paseo, arteria principal de la ciudad, se cerraba al tráfico, cosa que ya no hace el ayuntamiento, con el inconveniente que ello supone. ¿Y por qué no se cierra? Porque hay que intentar que fracase. Se han eliminado los chiringuitos que en el Paseo se ubicaban, dando una sensación de vacío y tristeza en pleno corazón de Almería. Se ha desperdigado por el centro con distancias entre ellos en algunos casos importantes en ese intento de hundir la del mediodía.
Pues ni así lo consigue Luis Rogelio, el joven Alonso y sus compañeros de equipo de gobierno. La prensa, principal testigo de una ciudad y de una sociedad, ha demostrado con sus fotos diarias que los almerienses quieren esa feria. Y con todo en contra, la alegría y la fiesta se ha vivido en el centro de la ciudad. Con todo el calor del mundo, sí, pero no parece que le haya importado mucho al personal. Hay que hacer la feria que quieren los ciudadanos, no la que quieren unos políticos que demuestran una inoperancia total. Me parece muy bien que se reúnan, que monten una comisión de feria (otra dieta por asistencia), pero para que sea la que quieran los almerienses. Y eso pasa por potenciar la del mediodía. Entiendo que ello podría poner en peligro la economía de la de la noche, y con ello los ingresos del ayuntamiento, pero si son tan listos como dicen y se creen estos señores que busquen alternativas, seguro que las hay.