La hibristofilia
La felicidad como el amor si tienen que venir ya vendrán

La hibristofilia es una parafilia caracterizada por la atracción sexual o romántica hacia individuos que han cometido crímenes violentos.
Lo más importante al levantarme, después de hacer los ejercicios del cuello para el riego sanguíneo del oído interno y cervicales, es acercarme a una higuerita preciosa, mediana, a la que llego en todas sus ramas y coger una fuente de higos para el desayuno. Me parece el acto más sublime del día.
Luego todo se altera con las obligaciones cotidianas y con los deseos, a veces insatisfechos por querer anhelar algo espiritual que los llene. Pero ya lo dijo Antonio Gala, no se puede ir por la vida buscando la felicidad como el amor por las esquinas, eso no conduce a nada, salvo al insomnio y a la resaca. La felicidad como el amor si tienen que venir ya vendrán, lo verdaderamente necesario es la serenidad.
La serenidad de sentirse como “una pequeña tesela de un gran mosaico, prescindible, mínima, confusa, pero en su sitio, formando parte de una cosa muy grande que no sabemos exactamente lo que es”. Y ahí entra la gratitud como actitud ante la vida. La gratitud de dar gracias por vivir y sentirse parte del universo.
Es lo conveniente para dormir, el otro momento importante del día. Mientras tanto pueden sucederse actividades sociales o culturales de las que uno pretende extraer algo para la propia vida. Algún alimento que dé razón de ser a la vida en comunidad. El enriquecimiento mutuo.
Sin embargo, con frecuencia ocurre que esa exposición pública es bastante banal, una hipérbole continúa, una multitud de palabras para no decir nada y eso duele en el alma. Porque siempre se busca aprender algo de los demás. Por ejemplo, la otra noche en la presentación de una novela negra, “El disfraz del miedo”, de Trinidad Fuentes, conocí la palabra “hibristofilia”. Palabra que me costó aprender, sin embargo, reflexionando sobre mi vida, incluso en algún momento, la experimenté.