La Voz de Almeria

Opinión

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Ya sé que hablar de la educación pública en España es más peligroso que entrar en traje de baño en la Granja San Francisco, pero con independencia del revuelo y del enjambre de críticas que me acarrearán estas palabras, permítanme decir que, al igual que la práctica totalidad de las personas que la critican sin piedad, yo tampoco he leído la epicéntrica “Ley Wert” de reforma educativa. Dicho esto, creo que no hace falta estudiar ese documento para admitir que el nivel de educación de las últimas generaciones de españoles que no han tenido la oportunidad de formarse en centros privados o concertados es manifiestamente mejorable. Y aunque las estadísticas oficiales confirman año tras año la disminución de las capacidades y aptitudes de los alumnos españoles, no hace falta remitirse a los informes PISA ni a otros métodos evaluatorios: basta con escuchar o leer a los jóvenes de nuestro entorno para descubrir la inabarcable extensión de sus carencias formativas. Una de las razones del desastre es la ideologización del debate educativo, aliñado y salpimentado de eslóganes y cuestiones partidistas hasta la náusea. Y para ver que eso no puede dar buenos resultados sólo es necesario remitirse a las pruebas de conocimiento. La milonga de “las nuevas generaciones mejor formadas en la historia de España” sólo se hace realidad en aquellos afortunados cuyos padres han podido pagar por una educación privada en la que se priman valores clásicos antes que peculiaridades localistas, folclores de género y mitificaciones políticas. Y así es como un país entero se va al guano. Ahora, que toda la agitación demagógica con la que el PSOE está excitando el rechazo a esta reforma alcanzó la cúspide del surrealismo hace unos días, cuando las Juventudes Socialistas de Zamora alentaron la retirada de esta Ley de reforma educativa con un mensaje lleno de faltas de ortografía. En el breve espacio de un mensaje de twitter (sólo admite 140 caracteres) llegaron a escribir mal tres palabras. ¿Que por qué es necesaria una reforma educativa? Que el señor Rubalcaba vaya a Zamora y pregunte.


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