Un breve lapso
Mientras sonaba música en Eurovisión, no cesaban los cantos desgarradores de niños y padres sufriendo los bombardeos

El Ejército de Israel durante una incursión en el sur de la Franja de Gaza.
Parece que la música, el lenguaje y el canto provienen del neandertal, pero no se conoce con exactitud cuándo comenzamos a cantar, aunque el propio habla sea cuasi un canto. Sin embargo, la canción escrita más antigua de la que tenemos constancia es ‘Seikilos’, una original griega encontrada en una lápida como epitafio, anterior al siglo I d.c. Y decía así: Mientras vivas, brilla, no tengas sufrimientos, la vida existe solo por un breve lapso, y el tiempo exige lo que le corresponde.
Y así es, mientras millones de europeos disfrutábamos de un festival de la canción, y no pocos indeseables de la derecha votaban por Israel para tratar de dar una bofetada al presidente Sánchez, en ese breve lapso, centenares de niñas y niños palestinos eran masacrados entre bombardeos.
Los cantos eurovisivos tapaban las vergüenzas de occidente, pero no cesaban los cantos desgarradores de niños y padres sufriendo los bombardeos, cantos que resuenan en nuestras sienes porque remueven las conciencias impasibles.
Largas filas de camiones con comida y medicinas esperan a las puertas de Gaza, pero el Gobierno israelí no deja entrar “ni un grano de sal”. Poco pueden brillar ya los gazatíes mientras malviven esperando la muerte, acorralados como cuando lo estuvieron los judíos en Varsovia, ¡qué ironía!
El genocidio solo acabará cortándoles el grifo en todos los sentidos. Rompiendo los hilos comerciales, realizando una acción y declaración conjunta internacional y ayudando a los palestinos como a los ucranianos. Y es que, no nos olvidemos, el tiempo exige lo que le corresponde, y se tomará lo que corresponda a cada cual, pero sobre todo, el tiempo no podrá hacer brillar de nuevo a tantas vidas inocentes a las que se les apagó la luz y la voz para no volver a cantar jamás, bajo nuestra mirada cómplice y espectadora en la distancia.