La Europa de Homero, Horacio y Virgilio, Dante y Leonardo, Cervantes y Shakespeare, Mozart y San Juan de la Cruz, Marx y Freud está ahora en manos de unos invisibles mercaderes. Al grito de más Europa acuden nuestros políticos. Se reúnen con frecuencia y solo hablan de recapitalizar la banca y de la prima de riesgo.

Todo el esfuerzo del siglo pasado por crear una comunidad de naciones que traspase los nacionalismos y ponga fin a las fronteras está en peligro porque una de las pocas creaciones aglutinadoras como es el euro se sienten amenazadas.

Lo más lamentable es que la urgencia económica parece haber borrado la cultura. Ayer dieron a conocer en todos los medios de comunicación una de esas noticias que cambian para siempre nuestro conocimiento del universo. Hablo, claro está, del bosón de Higgs. No voy a extenderme, ya que carezco de conocimientos para disertar sobre física de partículas. Pero todavía estoy preguntándome cómo es posible que sepamos más de la formación de las galaxias que de lo que promete hacer Luis de Guindos con nuestro dinero.  Este próximo fin de semana probablemente nos visitará otra remesa de recortes adicionales. Quienes la están pasando divino son los defraudadores. Se lo pusieron a huevo para que aflorara  al menos un diez por ciento de lo   que se llevaron a  paraísos fiscales, pero en vista de que ni por  esas se animan, le bajan aún más la cuota. Concédele una medalla, Montoro.