Darwinismo educativo
Darwinismo educativo
Estaba claro que la reprobación al ministro Wert no iba a prosperar toda vez que la matemática parlamentaria no tiene en cuenta los argumentos. Al ministro le dijeron de todo, desde arrogante a provocador y sectario, pero como el que oye llover. Ni siquiera estuvo en el Congreso para oír a la oposición que eran casi todos los partidos menos el suyo propio. No obstante, los comentaristas debemos aprovechar algunas lindezas que allí se dijeron. Por ejemplo Elena Valenciano reprochó a Wert su “darwinismo educativo al defender la escuela para los más fuertes y brillantes”. El darwinismo es una teoría biológica que explica la selección natural de las especies debida a la luchas por la existencia. Los individuos más fuertes sobreviven y pasan a sus descendientes esta fortaleza con la que pueden defenderse. A Carlos Marx esta teoría determinista no le hacía demasiada gracia porque, trasladada a nuestra sociedad, condena al proletariado, es decir a los económicamente débiles, a la opresión y a la muerte. Menos mal que antes que Darwin y antes que Marx, las cabezas pensantes de la Ilustración establecieron que era la educación la que podía terminar con las desigualdades. Hete aquí que tomó buena nota la burguesía acomodada. Ahora lo fundamental era controlar la educación. Surgieron colegios selectos, colegios concertados o sin concertar, colegios donde había dos entradas: la de los ricos y la de los pobres. Contra este elitismo poco se podía hacer desde la escuela pública. A la derecha no le ha gustado nunca la escuela pública porque preconiza la igualdad y con la igualdad sus hijos tienen más dificultades de ascender. Así que este ministro, lo que ha hecho nada más recoger su cartera es favorecer los colegios privados y dejar en sordina la enseñanza publica por aquello de lo adoctrinamientos y los escasos recursos.