Pitar y pedir
Pitar y pedir
Perdonen que vuelva por un momento a la asilvestrada actuación de buena parte de los asistentes a la Final de la Copa del Rey de Fútbol. Sé que el asunto está más que trillado pero permítanme un último regate en corto porque, por sorprendente que parezca, ha pasado prácticamente desapercibido un hecho que guarda mucha relación con la berrea de disconformes transmitida en directo. Me centraré en la maleducada demostración de los seguidores del F.C. Barcelona (que no fue diferente de la de sus rivales) para comentar que la misma mañana del famoso partido, el portavoz de CiU en el Congreso, el señor Durán y Lleida, mantuvo un encuentro en la Moncloa con el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, con el fin de financiar la liquidez y garantizar la sostenibilidad de la deuda de Cataluña. Es decir, que el político catalán fue a pedir pasta. Pero a esa misma hora, los cantamañanas que desde la Ciudad Condal seguían alentando en tertulias y columnas la pitada al Himno de España y al Príncipe, justificaban semejante cabestrada en la libertad de expresión y en la existencia de una mayoría de catalanes que, decían, se sentían incómodos en y con España. Pero está visto que si el dinero no incomoda a nadie, menos todavía a algunos. Por lo tanto, a la esquizofrenia que supone disputar y aspirar a ganar y conservar un trofeo cuya simbología parece incomodar a tantos, se une la extraordinaria caradura de ir a pedir dinero a quien, dices, te incomoda, te lastra, te frustra y te impide crecer y desarrollarte como nación. Cartera y silbato. Pedir y pitar. Independentistas siempre. Independientes, nunca.