Todas las naciones son España
El despiporre autonómico que comenzó hace casi cuarenta años creando un escenario apaciguador de “territorios históricos” concretos frente a otros territorios menos favorecidos por una historiografía carente de ínfulas y heráldicas, está cobrando estos días un rumbo de colisión aparentemente insalvable. Y en esa bitácora previa al choque, aparece el perejil salsero de Pedro Sánchez, que ha irrumpido poniendo la nota de humor surrealista.
Al ser preguntado por su turbador concepto de una España plurinacional, respondió con una de esas frases redondas y vacías que tanto llenan a los que se conforman con nada: “Todas las naciones son España”, dijo el tío. Y se quedó tan pancho. Alguna vez he escrito que el principal logro del señor Sánchez será acabar haciendo menos malo a esa calamidad hemisférica que fue en su día el inolvidable Rodríguez Zapatero, que ya precedió a Sánchez en el palmarés de la majadería con acuñaciones como “España es un concepto discutido y discutible”. Pero no nos desviemos. Resulta ahora que para el líder socialista todas las naciones caben en España. Pero de momento sólo tres: Cataluña, País Vasco y Galicia, sin descartar otras como Madrid o incluso Murcia, lo que encendería el ánimo de los siempre levantiscos cartageneros. Supongo que estas declaraciones dotan de justificadas esperanzas a los defensores de la República Independiente del Zapillo para establecer por fin su Parlamento Nacional en la Cabaña del Tío Tom o ver algún día al Chive como nación independiente de Lubrín y con Zidane de Presidente vitalicio. En fin, estas son las cosas que pueden pasar cuando un partido con solera y décadas de gobierno como el PSOE se precipita por el barranco del postureo de las Elecciones Primarias, que pueden acabar encumbrando a un perfecto chisgarabís como secretario general. Pues ahí lo tienen: disfruten de lo votado.