La ilustrísima señora doña Consuelo Rumí no se siente respetada
La excelentísima secretaria de Estado durante el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, doña María del Consuelo Rumí Ibañez, hoy concejala en el ayuntamiento de la capital, no se siente respetada. Lo manifestaba en el pasado pleno de la corporación, y lo hacía con pesar, creyendo firmemente que se merece, por el rango conseguido en su carrera política, mayor respeto que el resto de los miembros de la corporación: Hay personas que no me tratan con el respeto que merezco tras ser secretaria de estado del gobierno de España. ¿Habrá que ponerse de pie e inclinar la cabeza cuando uno se quiera dirigir a la excelentísima señora doña María del Consuelo Rumí Ibañez, secretaria de estado en el pasado? Tampoco es eso. Pero no quisiera caer yo en ese número de personas que no tratan a doña María del Consuelo con el respeto que se merece por lo que a partir de ahora, cuando tenga que referirme a usted, lo haré con el respeto que pide. No sé si el tratamiento es el de ilustrísima o el de excelentísima, usaré los dos indistintamente para que no se siente dañada en su honor, tan importante tras ser nada menos que secretaria de estado en el ministerio de trabajo. Tiene usted (ilustrísima) razón en cuanto a que hay personas (envidiosas ellas) que no pueden asumir que vuestra excelencia haya sido una de las mujeres almerienses más importante en la política nacional, y que intenten minimizar su trabajo de ayer, su cargo y su categoría. No será mi caso, excelentísima e ilustrísima señora. No tenga cuidado.
Comprendo el enfado que tiene que tener y la humillación que soportar, al comprobar que sus compañeros de corporación y de otras latitudes sociales y políticas almerienses no respetan el cargo que usted ha ejercido en el gobierno de España. Cargo que nunca se separa de la vida de uno ni se deja. Algunos no entienden que usted será siempre secretaria de estado, les guste o no les guste, y que ello debe llevar aparejado el tratamiento de respeto que merece. No es usted, doña María del Consuelo Rumí Ibañez, una concejala cualquiera del ayuntamiento de Almería, como les gustaría a muchos-as de sus compañeros, es usted nada menos que una secretaria de estado del gobierno de España, y eso no se lo quitará nunca nadie. Ni qué decir tiene que mi respeto le acompañará siempre, noble dama.