Hacia una nueva RTVE
`Ha gente que maneja el nombre de periodista sin importarle la verdad de lo que escribe`
Corren malos tiempos para la información. La lacra del populismo de donde se surte ahora la llamada “posverdad” está haciendo estragos en algunas familias periodísticas. Como si la verdad ya no interesara, progresa en ciertas redacciones la cómoda estrategia de llamar la atención como si hubiéramos vuelto el nihilismo de otras épocas. Recuerdo que cuando estudiábamos criteriología había en los programas una única pregunta en y era ésta: ¿Podemos o no conocer? Hoy hay gente que maneja el nombre profesional de periodista sin importarle demasiado la verdad de lo que escribe. Y así vemos que Donald Trump la emprende con la prensa más documentada que suele contrastar lo que dice con la consulta fiel a las fuentes. Como no podía ser de otra manera también el periodismo español adolece del mismo mal. De momento hablaré solo de Radiotelevisión. En poco tiempo hemos pasado de la TVE profesional a la TVE con carnet. No es la primera vez que los trabajadores denuncian las alcaldadas del PP pidiendo más democratización en la cúpula de TVE. Por fortuna los demás partidos trabajan en un gran pacto que solucione la política informativa de partido. Esta podría ser la primera reforma que salga del Congreso y que ponga remedio por consenso al bloqueo de un solo grupo parlamentario. Así, según adelanta la presea, el 22 de junio en el pleno del Congreso podría aprobarse la reforma que regula televisión pública. De alguna manera volveríamos al modelo de Zapatero que exigía que “los miembros del Consejo de Administración debían ser elegidos por dos tercios del Congreso”. Fue Mariano quien reformó la reforma para que la elección pudiera hacerse por mayoría a absoluta. Podemos y Ciudadanos también coinciden en la exigencia del concurso publico.
La televisión pública es demasiado importante como para que esté en manos del partido que gobierna. El nuevo pacto va en la dirección de lo que quiere el pueblo. Hay que deshacerse de pillerías electoralistas que solo conducen a la publicitación de quien gobierna. Con mejores profesionales y más honrada selección de los responsables quizá tengamos una televisión acorde con lo que desea el pueblo español.