Heridos en su sentimiento rojiblanco la mayoría de los aficionados presentes el sábado en las gradas del Mediterráneo, manifestó al final del partido, como mandan los cánones, su repulsa total a lo que está aconteciendo. Porque hay que querer mucho a un equipo y a una provincia para privarse del placer futbolístico de ver en acción a una figura irrepetible del fútbol mundial que actuaba a la misma hora, para ir al Estadio a animar y a estar a lado del equipo. 
‘La vida es un ciervo herido al que las flechas le dan’, proclamaba Quevedo. Ese ciervo herido es hoy el sentimiento rojiblanco, tocado por muchas flechas en los últimos cursos. Habló. Y espera que se escuche su lamento. Pero hoy en día hay muy poca gente que sepa escuchar. Escuchar de verdad significa pensar sobre lo que te están diciendo, tener la habilidad de recapacitar y la virtud de cambiar si es necesario.
Hace tiempo que la sección deportiva de este club es un auténtico desastre, es por ello que el club ha pasado de tener un equipo competitivo en Primera a estar al borde del abismo y su hinchada a ser flagelada en sus sentimientos.
¿No sería razonable que el presidente pidiera explicaciones al técnico por lo que está sucediendo?
¿No entraría dentro de la normalidad que el técnico explicara porque su equipo es incapaz de culminar una sola acción a balón parado?
¿Porqué el club ha dejado huérfano de efectivos la posición de delantero centro y no es capaz de encontrar una solución?
¿Es que se pretende que los aficionados estén ciegos y no vean la abismal diferencia que hubo entre el rendimiento de Yoda y el de Mojica? Dos refuerzos del mes de enero.
El Girona demostró que cuando se es inferior al rival, y lo fue en la primera mitad, hay que echar mano de los recursos bien ensayados, defender con eficacia y sacar partido del trabajo de estrategia de la semana.
El Almería ha marcado sólo un gol en sus siete últimos desplazamientos y creado pocas ocasiones. ¿No sería oportuno recapacitar y pensar que algo no se debe de estar haciendo bien? 
¿No se debería de cambiar para arropar más a Casto? 
No es el momento de ser altaneros, sino de saber escuchar y de ser conscientes de  que el club es lo primero.