No sé si decirles que a mí me parece un engaño, un postureo o una pantomima política de tomo y lomo. Que se nos quiera vender desde Ciudadanos que se aprueban las cuentas porque se va a poner en marcha una comisión en el ayuntamiento que investigue lo que ocurrió hace veinte años con una pequeña empresa de la capital suena a broma. Que lo ocurrido en el establecimiento de Mari Cruz se tendría que haber solucionado hace eso, veinte años, nos parece de justicia, que no se haya hecho no está mal que se explique, pero que se ponga como condición en el ayuntamiento para apoyar unas cuentas no dice mucho de la oposición que está haciendo don Miguel Cazorla. Da la impresión de que el señor Cazorla tiene algún interés especial en la cuestión y que usa su cargo en el salón de plenos para cobrarse la pieza. Conozco desde hace muchos al que fuera el sargento Montoya y a su familia, no tengo dudas de que la historia de hace veinte años fue tal y como nos la cuenta, y que tras la misma puede haber alguna venganza política contra él. Decía las cosas como las sentía, no se doblegó ante nadie y metió en más de uno y de dos problemas a los políticos de entonces. No me extraña nada de lo que nos cuenta, y más conociendo a nuestros políticos y sus cacerías contra lo que no pueden controlar, y Rafael no era un hombre controlable.
Veinte años después, ¿qué busca Miguel Cazorla obligando al ayuntamiento con una comisión política sobre lo que ocurrió con la de tienda Mari Cruz o no le aprueba los presupuestos? ¿Qué le va a solucionar a Rafael Montoya y su familia con la comisión de investigación? ¿Qué le pidan disculpas, quizás perdón? Ahora es lo que se lleva. Don Miguel nos dirá que lo que busca los chicos de Rivera es hacer justicia con una familia almeriense. ¡Bien! ¿Se va a comprometer C’s a exigir comisiones de investigación para todas las familias que tienen abiertas causas con el ayuntamiento de la capital desde hace veinte o más años? Lo espero. No sé si es un postureo, una pantomima o un engaño, pero no parece excusa para poner en jaque las cuentas de una ciudad de casi doscientos mil habitantes. Pero, caballeros, así son algunos de nuestros políticos, y aquí tenemos al “Cazorlaman” de Almería. El superhéroe municipal. El desfacedor de entuertos. Que lo consiga.