Manuel, siento un enorme vacío en mí corazón, al pensar que ya no estás aquí. Están poco creíble, pensar que ya no estás entre nosotros, imposible de aceptar o asimilar para tú familia, sobre todo para tú madre, qué una persona cómo tú, con tantos sueños y metas hayas dejado está vida terrenal. Ahora eres Luz en el Universo, y sé que sabrás llegar a nosotros a través de las estrellas, cuando miremos al cielo. Las lecciones que nos dejaste a todos en vida luchando día a día, con tu enfermedad son muy valiosas. Fuiste un ejemplo a seguir, y has dejado un vacío con en cada una de nuestras almas, pero sé que tú sonrisa siempre gobernará en nuestros corazones. Te recordaremos siempre con cariño, y con la sonrisa que siempre no supiste regalar. Manuel, quiero decirte que fuiste un buen hijo, y también para el resto de tú familia. Quiero que sepas que tener tú amistad es el mayor regalo que me dio la vida, nunca se me olvidarán los momentos vividos contigo, nunca se me borrarán, y siempre te tendré presente en mí vida. En tú enfermedad, nos enseñaste lo bello que es vivir, te agarraste a la vida, y la vida se agarró a ti. Fuiste un hombre coraje, y luchaste hasta el último momento. Mi agradecimiento y de la familia, al Hospital del Poniente a Doctora Mª Ángeles, a la supervisora, y todo el resto de personal de la 4º planta, por lo bien que se portaron contigo. Llegó el día en que Dios te llamó, para estar a su lado, y llevarte al Cielo. Me queda el consuelo de que ya descansas en Paz, y que algún día podremos encontrarnos juntos. Tú amiga para siempre Nati.