Ángel Caro Vargas
Dios se ha equivocado
A la memoria de nuestro padre
Nadie imagina el dolor de la despedida de un ser querido sin la esperanza de volver a verlo. Así es como parece, papá, que has querido irte. Sé que nos estarás esperando para ayudarnos a dar ese paso que tanto te ha costado dar. Te has ido para que nos dé tiempo a prepararnos para ese día, igual que siempre te ibas a tus nuevos destinos para que nuestra llegada fuera lo más confortable posible. Fuerza de voluntad Pero Dios no lo ha entendido igual que nosotros. Empezó a llevarte hace unos años y nunca diste por perdido ninguno de los embates que te fue preparando la enfermedad. Tu fuerza de voluntad nos ha marcado un camino ejemplar a seguir por los que te hemos querido tanto, enseñándonos, con tu ejemplo, las ganas de disfrutar de una vida que Dios se fue llevando poco a poco. A mamá, a tus hijos y a tus nietos nos fuiste regalando tantos -te quiero- en estos tus últimos años que se nos va a hacer muy difícil esperar a que nos los vuelvas a decir. Tus ganas de aprender de la vida, en todos los aspectos, no se vio mermada pese a que Dios te limitó la movilidad primero y la palabra al final. Dios se ha equivocado papá, pensando quizás, que así a todos nos sería más fácil tu partida, aumentando sin embargo los sentimientos de protección que tu semblante nos sugería. Enfermedad Ahora pienso que, quizás, Dios no se haya equivocado, dándonos tiempo a que todos podamos despedirnos de ti y que tu partida fuera tan suave y paulatina como lo era la evolución de tu enfermedad. Enfermedad que me iba desgarrando con la misma intensidad que consumía tu personalidad, que consumía tu vida. Inmenso dolor A Dios le fuiste pidiendo un poco más de tiempo para que te permitiera una despedida digna e íntegra tal y como fue tu vida y que no ha sido nada fácil de principio a fin. ¡Qué inmenso dolor papá ver cómo, con qué entereza y con qué marcial valentía pedías el amparo de Dios al sentir que estaba cerca el final! Tu amor, cariño, sentido del honor, fuerza de voluntad y entrega absoluta a tu familia nos ha ido educando día a día y ha sido todo un ejemplo para mamá, tus hijos y nietos. Aunque se que te has ido tranquilo, allí donde ya estés sigue velando por nosotros, sigue amparándonos en nuestras dificultades, sigue animándonos como siempre solías hacer pero…. ¡Cuánto amor has dejado olvidado aquí papá!