Mi querido hermano Rogelio: El 15 de julio hace tres años de tu ausencia, y me gustaría hacerte este pequeño homenaje a la gran labor que realizaste en Murcia, a tu buen hacer con la gente en Alcantarilla, con los más necesitados a los que tantos y tantos problemas les resolviste, y hambre y necesidades les saciaste. Les dedicaste toda tu vida con tu pequeña infraestructura de banco de alimentos, creada por ti en nombre de Cáritas. Darlo todo Rogelio, tú primero estuviste de fraile en Almería y luego en Murcia, pero tu sitio realmente era estar con los más necesitados, pedir puerta a puerta para repartirlo a los más necesitados. Darlo todo era tu vida, y diste tu vida por los demás. Te fuiste muy joven, Rogelio, te merecías un descanso, un retiro con los tuyos aquí, en Almería. Rogelio, te digo que las cosas por aquí están bien y toda la familia está bien, al menos los que se dejan ver. Me siento orgulloso de haber realizado tu cometido, ver a toda la familia junta al menos una vez al año, aunque a veces algunos salen por la puerta grande, siempre el mismo. Me despido Rogelio, yo, como siempre, sigo siendo el último en enterarme de las cosas de la familia. Se nota que siempre he sido el último de la fila y lo sigo siendo. Para decirte que me enteré hace mes y medio que Pepe había sido abuelo. Desde estas líneas le pido perdón a mi hermano, a mi cuñada y a mi sobrino José y Belén. Con estas palabras me despido de ti, Rogelio, hasta el año que viene, si Dios quiere.